Image: Windows on the World

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Novela

Windows on the World

Frédéric Beigbeder

1 julio, 2004 02:00

Frédéric Beigbeder. Foto: O. Roller

Trad. Encarna Castejón. Anagrama. Barcelona, 2004. 314 págs, 16 euros

"Windows on the World" era el nombre del restaurante que se encontraba en el último piso del World Trade Center de Nueva York. La novela de Frédéric Beigbeder (1965), ganadora del premio Interallié a la mejor novela francesa, cuenta el día 11 de septiembre.

No es un libro histórico, ni un ensayo, sino una novela que se sirve de forma excelente de la ficción para hacernos comprender, vivir y sentir el escalofriante atentado terrorista, que destruyó para siempre nuestra concepción del mundo occidental: "Es una de las lecciones del World Trade Center: nuestros inmuebles son muebles. Lo que creemos estable es inestable. Lo que imaginamos sólido es líquido. Las torres son móviles, y los rascacielos rascan, sobre todo, la tierra. ¿Cómo se puede destruir tan deprisa algo tan enorme? éste es el tema de mi libro: el derrumbamiento de un castillo de tarjetas de crédito".

Dos hombres narran en primera persona. Dos voces, dos momentos, dos ciudades. Uno de ellos, Carthew Yorston, es un texano divorciado, de vacaciones en Nueva York con sus hijos David y Jerry, que decide desayunar esa mañana en el restaurante. El otro representa al propio escritor que, desde lo alto de la Tour Montparnasse en París y luego en un viaje a Nueva York, se cuestiona sobre lo ocurrido y nos hace partícipes de sus pensamientos, franceses y americanos. Una novela común a dos países que se vieron enfrentados políticamente en la guerra de Iraq. La escritura de Beigbeder se pretende polémica y no deja en pie ningún tema referente a nuestra sociedad caótica y multicultural. El narrador francés confiesa: "No es frecuente encontrar a un escritor que tenga miedo del libro que escribe".

Cada capítulo es un minuto, ciento dos minutos que internaron a miles de personas en un edificio en llamas. Con la familia americana nos adentramos en un momento de terror cuyo final todos conocemos. ¿Qué hicieron dentro de las Torres Gemelas? Carthew Yorston pretende que sus niños crean que se trata de una película, un simulacro de atentado. David y Jerry no quieren que les mientan y hasta se divierten subiendo en dirección a la azotea donde seguramente vendrán a rescatarles. Asimismo, se informa exactamente de cifras y ecuaciones sobre todo tipo de materiales que pretenden dibujar, sin conseguirlo, el rostro de una realidad "indescriptible". Con asombrosa delicadeza, el narrador francés incorpora pasajes de la Biblia, fragmentos de Walt Whitman, poemas de Baudelaire, extractos de Al revés de Huysmans, citas de Woody Allen, canciones de Ella Fitzgerald, profecías de Nostradamus, sonidos de conversaciones escuchadas, cuyos discursos atraviesan y se mezclan en nuestras mentes. Palabras que ayudan a entender tanto el ansia del hombre por acercarse a Dios en las alturas, como las semejanzas que existen entre Francia y Estados Unidos. Beigbeder nos recuerda en Windows on the World que el arte, gracias a la ficción, ofrece una imagen mucho más cierta de la realidad que la realidad misma.