Image: El hijo de casa

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Novela

El hijo de casa

Dante Liano

28 octubre, 2004 02:00

Dante Liano. Foto: Daniel Mordzinski

Roca editorial. Barcelona, 2004. 142 páginas, 14 euros

ésta es la sexta novela del escritor guatemalteco Dante Liano, nacido en 1948. Tras haber ejercido como profesor de la Universidad San Carlos en su país y en la de Bolonia, Feltre, Brescia y Milán hoy, cómo no, reside en el exilio italiano, porque como tantos escritores hispanoamericanos de los últimos siglos realiza su obra fuera del país.

Sin embargo, El hijo de la casa, una excelente novela-reportaje en la línea de A sangre fría, de Truman Capote, procede de hechos reales conocidos en Guatemala como "el crimen del Torreón", acaecido a finales de 1952. Tal vez el título de la novela no tenga para un lector español la misma connotación de la "soñolienta ciudad de Santa Ana", donde el narrador sitúa su relato, porque con ello se designa "al huérfano abandonado en la calle y que una familia adopta, sin trámites legales, para hacer el bien y de paso aprovechar la mano de obra gratuita en las tareas de casa o del campo. El hijo de casa debe ser fiel y agradecido hasta la eternidad".

Manuel, el protagonista, será el hijo de casa de un tendero de Santa Ana, donde convivirá con los hijos del matrimonio y habrá de servir como criado. Las diferencias que el tendero proclama a diario entre sus hijos y él, y el lugar donde se le permite dormir (el baño de la casa) acumulan en el joven un resentimiento que le convertirá en inductor y ejecutor parcial del asesinato de la familia, salvo la hija, Merci, una de las claves de las ambigöedades que en la relación de los hechos pueden quedar disimuladas para el lector.

Las psicologías de los personajes van conformándose a medida que avanza la acción, sabiamente controlada. En una cortés "Advertencia" final se indica que el informe del doctor Zamora sobre la virginidad de la protagonista es auténtico, no así la figura del médico, hilo relator y uno de los personajes más sólidos. Tampoco existió un boxeador, Erwin Rosario, cuya historia servirá de contrapunto, no menos dramático, en la trama principal. La alternancia de la vida monótona y pacífica cotidiana del pequeño pueblo nos llega desde una doble perspectiva, la del Dr. Zamora, médico forense y el comisario de policía encargado del caso, más audaz y lúcido de lo que cabría esperar. Nada sabremos de Astrid, la amante del médico y muy poco de los primitivos ejecutores, salvo que actuaron por codicia. No es el relato tremendista lo que más interesa de la novela, ni siquiera el perfecto ensamblaje de las escenas o el dramático final, donde se narra el juicio, las torturas sufridas y la ejecución de los reos. El hijo de casa es el análisis de una doble humillación.

Si tuviéramos que situar esta novela en la narrativa contemporánea no dudaríamos en situarla en el ámbito del existencialismo renovado; no muy lejos de Camus. La condición humana en el relato de Dante Liano nada tiene de heroica, resulta degradada y cruel. No escapa de ello ni siquiera la policía, capaz de torturar hasta la muerte a un inocente. Sólo Manuel, el hijo de casa, es capaz de convertir su humillación en odio y pasar a la acción, como hiciera de otro modo Pascual Duarte.