Novela

Venganza. Una historia de esperanza

Laura Blumenfeld

4 noviembre, 2004 01:00

Trad. Carlos Scola. Maeva. Madrid, 2004. 389 páginas, 17’50 euros

En 1986, el padre de nuestra autora sufre un atentado en Jerusalén por un terrorista de una facción rebelde de la olp, responsable de varios atentados contra turistas en Israel. Aunque su padre sobrevivió, Laura Blumenfeld fue madurando su necesidad de venganza. La periodista, norteamericana de origen judío, escribe un a modo de relato-reportaje periodístico y nos encontramos con una historia real de búsqueda de venganza, de investigación sobre los mecanismos y las motivaciones psicológicas de la misma y cómo este recorrido va a conducirla a la búsqueda de otra solución. Comienza, sin revelar su identidad, Laura Blumenfeld entrevistando a la familia y al entorno del hombre que atentó contra su padre, para terminar haciendo un largo recorrido por múltiples historias de venganzas en diversas culturas. De esta manera, entrevista a líderes políticos, a personas que han sido actores y/o víctimas de la venganza. Desde Albania hasta Sicilia, esta última cuna de la atávica "vendetta", pasando por Israel, hablando con personajes como Yitzak Shamir o Netanyahu. En estas páginas nos encontramos con una cartografía de la venganza.

Como afirma en su libro la autora, para algunos, Israel era una enorme agencia de venganzas. La situación de enfrentamiento entre israelíes y palestinos provoca que esa espiral de violencia se reproduzca hasta la náusea. Es significativa su entrevista con el antiguo jefe del Mosad y jefe de la Inteligencia militar, quien le argumenta lo que ha repetido infinidad de veces a sus soldados: "Con la represalia, tú eliges el campo de batalla, tú eliges el momento, tú eliges la manera" (p.135). Esta institucionalización de la venganza es la fuente de nuestro estado del terror presente.

Tras ese largo recorrido, Blumenfeld propone una tercera vía: la transformación. "La venganza no tiene por qué consistir en destruir a tu enemigo, puede significar transformarlo, o transformarte a ti mismo". Importante respuesta que debería ser objeto de reflexión.