El verdugo de Dios. Un inquisidor en el camino de Santiago
Toti Martínez de Lezea
2 diciembre, 2004 01:00Con una trama escrita en un tono ágil y bien documentado, Martínez de Lezea nos sitúa en el Camino de Santiago, pero en su recorrido navarro. En los avatares de un puñado de protagonistas, encontramos un fresco de costumbres medievales, una tipología humana bien construida, que refleja la dureza de una época marcada por la política y la religión. Desde su huida de Francia, el maestro de catedrales Geoffroi Bisol y su hija Alix, se asienta en la Navarra más rural, donde encontrará todo tipo de personajes vinculados a esta ruta peregrina, y una peripecia marcada por la devoción, el crimen, la pasión y el choque de creencias e intereses.
La intriga se entrelaza con las peripecias de Eder Bozat, su familia, naturales de las más recónditas montañas navarras, así como de personajes más conocidos en la Historia, como el comendador del Temple, Bertrand de Garlande, el terrible inquisidor Robert Lepetit, el "Bugre", o los señores feudales navarros. Se contrapone así las costumbres ancestrales de los pobladores primigenios de esas tierras, la persecución de la llamada herejía cátara y los usos ortodoxos, así como los intereses de la Iglesia católica. Martínez de Lezea ofrece una visión distinta y fascinante de estos seres medievales que atrapan a un lector contaminado de creencias postracionalistas.