Image: La vida en el abismo

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Novela

La vida en el abismo

Ferrán Torrent

16 diciembre, 2004 01:00

Ferrán Torrent. Foto: Benito Pajares

Finalista Premio Planeta. Planeta. Barcelona, 2004. 211 páginas, 19’50 euros

En esta novela Ferrán Torrent (Sedaví, 1951) trata uno de sus dos temas preferidos, que son la crítica de la clase dirigente valenciana en Especies protegidas y la irresistible atracción por el juego como tema literario abordada en La mirada del tahúr (1999) y retomada en La vida en el abismo.

El juego como tema literario que permite indagar en las oscuras pasiones que su atracción despierta en el jugador, a menudo insatisfecho e inadaptado, cuenta con una importante tradición literaria. Sus manifestaciones más conocidas van desde Pushkin hasta H. Büll, pasando por Dickens, Dostoievski y Mamet, estos dos últimos citados al final de la novela de Torrent, quien, como sus predecesores, centra su atención en la personalidad del jugador y su ansia de fuga permanente de la realidad. Por eso se reducen a lo imprescindible las normas por las que se rigen los juegos y se concede más interés a las estrategias de los jugadores y al reto del protagonista por ir más allá en su irrenunciable llamada por arriesgarlo todo, incluso la vida.

La historia novelada es muy sencilla. Se trata de la vida de un temerario jugador, el Rubio, contada por un narrador testigo que habla en primera persona de la experiencia vivida con aquel afamado tahúr valenciano. El relato comienza en 1972 con una partida perdida por el narrador y ganada por el Rubio. Desde entonces el narrador fue ayudante del jugador en las timbas de la noche valenciana y en su primera incursión por las grandes partidas de Madrid. En la figura del narrador testigo se acumulan rasgos autobiográficos del autor, desde su nombre (Torrent), su edad y su pueblo natal (Sedaví) hasta la condición de novelista, con autocita incluida (La mirada del tahúr, pág. 199). Esto da mayor ilusión de verdad a su relato. Porque el narrador escribe la novela sobre su vida con el Rubio recordando lo que él mismo conoció por haber compartido aquellas experiencias o resumiendo lo que alguien le ha contado cuando no estuvo presente. Pero su narración está escrita en el verano de 2003, cuando han pasado más de 30 años. Así, por medio de la memoria, la realidad vivida se transforma en literatura, con ayuda de la imaginación, pues en el último capítulo el narrador, después de resumir lo que él ignoraba y le ha contado un jugador que conoció al Rubio sobre sus últimos grandes retos en el juego y su muerte en una ciudad europea, se dedica a imaginar el espectáculo en el que su amigo se jugó la vida en su imparable huida saciando el morbo de un grupo de adinerados que pagaban grandes sumas por ver "la vida en el abismo".

De este modo vida y literatura, realidad y ficción se funden en una novela que termina descubriendo el proceso de su propia escritura. Le falta profundidad en la introspección psicológica del protagonista y su conciencia de jugador que no conoce límite alguno por su íntima necesidad de concitar las atenciones que no tuvo de niño. Pero hay que tener en cuenta que el relato de su proceso deseducativo está desarrollado desde la perspectiva del narrador testigo, limitada en su capacidad de penetración en la mente del prota- gonista pero más adecuada para mostrar la influencia del peligroso modelo en la formación del joven que lo acompañó con 21 años. Este es otro tema predilecto de Torrent. Y aquí aparece reflejado en la trayectoria vital del narrador, desde su educación y su desorientación juvenil en una "rebeldía sin ideales", pasando por su sentimiento de fracaso y su atracción por el juego, hasta la sublimación de su angustia gracias a la imaginación del novelista, que aquí ha escrito un relato ágil, con rasgos de humor y de agradable lectura.