Fruta amarga
Achmat Dangor
3 marzo, 2005 01:00Violación. Incesto. Asesinato. El narrador de Fruta amarga excava en los laberintos de la memoria. Las primeras palabras en el libro se refieren a un recuerdo. Silas Alí no puede olvidar. Y sin olvidar, ni Silas, ni su mujer Lydia, ni Michael, hijo de un fatal acontecimiento con el policía blanco, podrán jamás vivir en paz. Los recuerdos atrapan a sus personajes como animales enjaulados. El lector adivina la ira, que emerge con sudor cuando encuentra otro cuerpo con quien compartir su bestial dolor. Fruta amarga es una historia tan intensa que apenas sucede nada. De la inacción de sus personajes Dangor comunica, en un lenguaje poético, el verdadero drama de la sociedad sudafricana. Dangor nos sorprende con su habilidad de mostrar los sentimientos raciales de la sociedad sudafricana. Su visión, basada en la propia experiencia, descubre que no todo es de un solo color y que el mestizaje es aún más complejo y confuso para los africanos, al estar desprovisto de una cultura, una tradición y un pasado determinado. El joven Michael, el más silencioso y a la vez salvaje de todos ellos, será el único inconformista que irá detrás de su pasado para reconstruir una existencia que se desmorona.