Image: Los hermanos de la costa

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Novela

Los hermanos de la costa

Juan Bolea

21 abril, 2005 02:00

Juan Bolea. Foto: Mercedes Rodríguez

Ediciones B. Barcelona, 2005. 414 páginas, 18 euros

Seis títulos narrativos drenan la actividad narrativa del periodista y escritor Juan Bolea -autor de El manager, Mulata o El gobernador, entre otros. Justo es decir que sumando méritos ha logrado su lugar y su público con relatos bien ideados, amenos, de estilo dinámico y fresco, no exento, en ocasiones, de un tono ácido y directo.

La apuesta con la que irrumpe en esta ocasión encara un riesgo aún mayor al asumir su plena adscripción al género policíaco; y lo resuelve con buen tino y asombrosa dignidad narrativa haciendo que en su novela concurran los elementos imprescindibles en una trama policial bien armada, insólita, contundente, reforzada por una extraordinaria capacidad imaginativa y la honesta fidelidad a los cánones de ese subgénero literario. Muchos convendrán en que este arriesgado proyecto es su mejor crédito hasta la fecha.

Imprescindible es una intriga llena de enigmas bien dosificados alimentando la truculenta acción de esta historia -que arranca con el informe sobre la aparición de un cadáver brutalmente mutilado y va encadenando asesinatos que obedecen a rituales protagonizados por un grupo de jóvenes, artistas de poca monta, que se hacen llamar "los hermanos de la costa"-. Lo es la atmósfera invernal que arropa los casi siete intensos días de diciembre que abarca la acción, entre Bolscan, una provincia imaginaria del norte de España, y Portocristo, el microcosmos en el que se desarrolla la investigación policial. Y lo es la serie de personajes que configura el reparto, empezando por su protagonista, la subinspectora Martina de Santos, responsable de la resolución de ese caso que ella sola (con la sutil ayuda del encargado de archivos, Horacio, un personaje prometedor), en medio de la hostilidad que genera su condición de mujer, atractiva, culta, inteligente, intrépida -rasgos claramente tipificadores que abundan más en perfiles que en matices- en el ámbito laboral al que pertenece.

Sus pesquisas logran recomponer un rompecabezas en el que son tantos los hilos hasta que se evidencia la misteriosa razón que une y explica tanta sinrazón; son tantas las vidas a las que alcanza (incluyendo su historia personal con Berta) que resulta lógico concluir que Bolea apostó por ofrecer una trama tan contundente como trepidante, asumiendo algún riesgo, claro está. El de dejar a medias el perfil de esta prometedora protagonista, de inevitable parentesco con dos consolidadas predecesoras: la sargento Bevilacqua y Petra Delicado. Martina necesita que reafirmen su papel, y profundicen en los datos esbozados sobre su vida personal y profesional. Ella es una buena idea, y puede llegar a ser un gran personaje. Refuerza el crédito que reabre este autor con su nueva apuesta. Crédito que permanece abierto. Por supuesto.