Image: El hombre de Montserrat

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Novela

El hombre de Montserrat

Dante Liano

26 mayo, 2005 02:00

Dante Liano. Foto: Archivo

Rocaeditorial. Barcelona, 2005. 120 páginas, 14 euros

La obra del escritor guatemalteco Dante Liano (Chimaltenango, 1948), profesor universitario en San Carlos (Guatemala), en Bolonia, Feltre, Brescia y Milán, donde reside en la actualidad, era ya conocida ya en España por su sexta novela, El hijo de casa, publicada el pasado año.

El hombre de Montserrat debería entenderse como un relato de la lucha de la guerrilla guatemalteca en la ciudad y en la selva; del papel represivo del ejército y su naturaleza, asesorado por expertos estadounidenses; de la situación de los indígenas masacrados; del papel represor de los escuadrones de la muerte. El lector se enfrentará a todo ello, pero, a diferencia de las novelas de Graham Greene, su modelo más próximo, sobre la trama de carácter policíaco descubriremos el cuidadoso tratamiento de orfebre, de un lenguaje rico en vocabulario autóctono, musical y audaz. El teniente Carlos García participa en un programa informático, junto a un asesor estadounidense, que permite, a través del estudio del consumo de electricidad en los domicilios de la capital, detectar donde pueden descubrirse los núcleos de la guerrilla urbana. Es un trabajo monótono, burocrático, que compagina con los escasos alicientes de su asentado matrimonio. Pero todo su mundo y sus referencias se quiebran cuando descubre un día durante el trayecto de regreso a su casa un automóvil humeante y junto a él un cadáver acribillado que cree reconocer.

El desarrollo de la trama nos llevará poco a poco a desvelar el misterio de lo sucedido. Pero Liano irá creando las situaciones de extrema violencia en las que vive la ciudad. El teniente asistirá al asalto de un centro de la guerrilla asaltado por cientos de soldados acompañados de morteros y tanques. Observará cómo es arrasada la casa, las explosiones, la colaboración de la televisión oficial, pero ello no le supondrá ningún tipo de consideración moral. Se detendrá en la oposición manifiesta entre la policía judicial y el ejército, puesto que su cuñado pedirá su ayuda cuando se encuentre sitiado por fuerzas paramilitares. Serán razones familiares las que le llevarán a arriesgar su carrera conduciendo a su cuñado hasta la frontera mexicana. Su superior, el general Vargas, representa la mentalidad del ejército y García asumirá que, en consecuencia, sea trasladado al frente, en plena selva, donde dirige el exterminio de un poblado indígena.

La belleza de los paisajes se contrapuntea con el diálogo: "Ustedes los militares no saben lo que es un ideal"; "Ustedes se llenan la boca con la igualdad, la justicia, los derechos humanos y la democracia[...]; noso-tros nos limpiamos el culo". En esta concepción del mundo reside uno de los principales temas del relato. Hay otros muchos: sin embargo, secundarios. Dante Liano efectúa algunos saltos atrás en el tiempo, desvelándonos el misterio; pero el fulgor del lenguaje, su riqueza léxica, la intensidad de los diálogos justifican, con su belleza, el paralelo y fundamental compromiso artístico.