Braille para sordos
Jose Maria Mijangos
11 mayo, 2006 02:00Martín es filólogo en paro, librero de profesión, capaz de "fabular currículos" con tal de encontrar trabajo. En ello le va su dignidad ante la familia de su mujer, muestra de todas las convenciones que él rechaza. Cuando al fin logra un puesto en una librería "de segunda" empieza su descubrimiento de esas novelas gracias a repetidos encuentros con un asiduo, Edelmiro Esteban, "un oscuro escritor de novelas policíacas que había disfrutado de cierto éxito en los años sesenta y que malvivía arrastrando su ceguera tras pasarse media vida en la cárcel".
Edelmiro, "Edel Stephen" para sus lectores por imperativo de su editor, tiene la herencia de Max Estrella, y quienes le rodean la deslealtad de Don Latino. Sus pasos siguen la ruta de un Madrid también "absurdo y miserable"; y su mala fortuna compone el minucioso relato de Martín, articulado en tres tiempos: su vida actual, el pasado de su personaje, estructurado como una increíble novela de intriga -pues lo que anima a Edelmiro a frecuentar la librería es recuperar una novela suya que le llevó a la cárcel- y el desenlace de ambas historias, unidas por paradójicas adversidades. No es perfecta pero resulta lograda, soberbiamente ambientada, entrañable y carcajeante.