Novela

Braille para sordos

Jose Maria Mijangos

11 mayo, 2006 02:00

Martínez Roca. Barcelona, 2006. 302 páginas, 167 e.

Con heterodoxa actitud y una socarronería nada disimulada; con cierta inclinación hacia los antihéroes y evidente menosprecio hacia quienes se benefician de los que habitan lejos de la ortodoxia que ellos exhiben; con dos títulos narrativos a sus espaldas y un currículum de librero defensor de la "subliteratura", que le otorga experiencia y soltura a "Martín", el narrador de su tercera novela, aterriza José Mª Mijangos con el anuncio de un enorme potencial narrativo. Braille para sordos, subtitulada "La increíble vida de Edelmiro Esteban, escritor por encargo", es una prueba contundente de un ingenio a raudales y unas piruetas tan sarcásticas como expresivas sin perder el norte de su empeño: ofrecer un rocambolesco esperpento del mundo del best-seller.

Martín es filólogo en paro, librero de profesión, capaz de "fabular currículos" con tal de encontrar trabajo. En ello le va su dignidad ante la familia de su mujer, muestra de todas las convenciones que él rechaza. Cuando al fin logra un puesto en una librería "de segunda" empieza su descubrimiento de esas novelas gracias a repetidos encuentros con un asiduo, Edelmiro Esteban, "un oscuro escritor de novelas policíacas que había disfrutado de cierto éxito en los años sesenta y que malvivía arrastrando su ceguera tras pasarse media vida en la cárcel".

Edelmiro, "Edel Stephen" para sus lectores por imperativo de su editor, tiene la herencia de Max Estrella, y quienes le rodean la deslealtad de Don Latino. Sus pasos siguen la ruta de un Madrid también "absurdo y miserable"; y su mala fortuna compone el minucioso relato de Martín, articulado en tres tiempos: su vida actual, el pasado de su personaje, estructurado como una increíble novela de intriga -pues lo que anima a Edelmiro a frecuentar la librería es recuperar una novela suya que le llevó a la cárcel- y el desenlace de ambas historias, unidas por paradójicas adversidades. No es perfecta pero resulta lograda, soberbiamente ambientada, entrañable y carcajeante.