Novela

La conferencia (El plagio sostenible)

Pepe Monteserín

29 junio, 2006 02:00

Pepe Monteserín. Foto: Daniel Mordzinski

Lengua de Trapo. Madrid, 2006. 384 páginas, 23’20 euros

La conferencia es una novela impregnada de literatura; de erudición literaria, pero también de amor a los textos que condicionan la visión del mundo del personaje, que todo lo ve "more litterario", que todo lo relaciona con personajes u obras de ficción y que incluso coloca al protagonista Josué Buelves -intercalado entre Monterroso y Monteverdi, como correspondería a Monteserín- con nueve títulos en el "índice de obras citadas" del apéndice

Como el reciente Manual de literatura para caníbales, de Rafael Reig -comentado en estas mismas páginas-, que participa de varios géneros literarios sin pertenecer plenamente a ninguno, La conferencia es una novela que se presenta con el extraño aval de haber obtenido el premio de ensayo "Juan Gil Albert". Cada jurado es libre de tomar sus decisiones, pero, a pesar de los excursos literarios que invaden la obra, de las continuas citas intercaladas en ella y de los dos extensos índices -onomástico y de obras citadas- que la cierran, la contextura de La conferencia es claramente narrativa. Josué Buelves, cuyo trabajo consiste en regular el tráfico durante la interminable obra de construcción de una ronda de circunvalación en la ciudad, es invitado a dar una conferencia en una asociación cultural, para la que propone el curioso título de "Acostares, sueños y despertares. Primer renglón".

Tras el encargo, once capítulos relatan los once días de preparación de la conferencia, para lo que se agrupan varias líneas narrativas que van desarrollándose paralelamente. Por un lado se cuenta la gestación del trabajo, la búsqueda y la recopilación de materiales en la muy nutrida biblioteca de Buelves, ahora en posesión de su mujer tras la separación de ambos. Por otra parte, este discurso principal permite la inserción, en fragmentos espaciados, del texto mismo de la conferencia, grabado durante el acto, que incluye formas prácticas, como "Hola. ¿Me oís? ¿No? ¿Ahora sí?" A su vez, la conferencia incorpora multitud de textos literarios en cuyas primeras líneas aparece, con otra perspectiva, el motivo del sueño, todo ello apoyado en dos supuestos básicos: que lo importante de una obra está en las primeras líneas y que toda la historia literaria es una serie de repeticiones, con variantes, de lo ya dicho antes (un "plagio sostenible", como anticipa el subtítulo de la obra). Las diversas líneas que constituyen la novela -férreamente trazadas y sostenidas- responden a un proyecto que el propio narrador enuncia: "Quería aprovechar mi ensayo sobre sueños y empezares, que prometía poco rédito, para componer una novela; era cuestión de echarle al ensayo los sobrantes de mi vida" (pág. 168). Vida y literatura se funden en la historia de este personaje -y del libro- de manera inextricable, hasta el punto de que el núcleo profundo de la fábula podría identificarse, de acuerdo con la teoría expuesta por Buelves, con lo que dicen las primeras líneas de la obra: "Cerré los ojos y vi a Refugio dentro de mis párpados, mojándose; me reclamaba el poema prometido" (pág. 11). Ese poema nunca escrito, incumplida promesa unida a la ruptura matrimonial, será el que, incluso cedido por otro autor, facilite al final la reconciliación de la pareja. El humor de la anécdota no oculta la idea de la literatura como terapia, como remedio de desdichas y desavenencias.

Porque La conferencia es, antes de nada, una novela impregnada de literatura; de erudición literaria, pero también de amor a los textos -pasados o actuales- que condicionan la visión del mundo del personaje, que todo lo ve "more litterario", que todo lo relaciona con personajes u obras de ficción y que incluso se coloca a sí mismo, como Josué Buelves -intercalado entre Monterroso y Monteverdi, como correspondería a Monteserín- con nueve títulos en el "índice de obras citadas" que figura como apéndice. Este último guiño que identifica a personaje y autor confirma el talento literario que Monteserín posee y que hace de La conferencia un relato singularísimo que todo lector voraz debería conocer.