El inventor de la luz
Manuel Manzano
7 septiembre, 2006 02:00Pero regresemos a la trama detectivesca de trasunto histórico que ha urdido el autor y donde se percibe su gran sentido del ritmo y su buen pulso a la hora de construir una historia. Manzano recurre a los estereotipos para crear sus personajes y genera en tiempo récord una enorme empatía con el lector. Sus personajes, en ese sentido, recuerdan un poco a los de Pérez Reverte: no dan sorpresas pero tampoco disgustos, y todo sucede en una placidez y ausencia de sobresaltos que muchos sabrán agradecer. Además, sabe aliñar su trama con anécdotas históricas: la correspondencia de Miguel ángel, su relación con Rafael, las referencias al mundo artístico romano… Y alcanza un final en el que la trama culmina como lo hacen los fuegos artificiales.
No es un libro exento de méritos, desde luego, afecto a las técnicas y las artes del llamado bestseller de calidad. Sin embargo, se podría haber esperado algo más de esta historia: más dilatación a la hora de recrear ciertas situaciones, más riqueza de los personajes, más rigor histórico -en afirmaciones como que el castillo de Sant Angelo fue residencia del emperador Adriano, por ejemplo- e incluso más páginas. Con todo, el escenario escogido es fascinante y la trama gustará.