Novela

En tiempo de prodigios

Marta Rivera de la Cruz

30 noviembre, 2006 01:00

Marta Rivera de la Cruz. Foto: Archivo

Finalista del premio Planeta. Planeta. Barcelona, 2006. 512 páginas, 21,50 euros

Las polvaredas del curso pasado han hecho pensar a los organizadores del premio Planeta en la conveniencia de evitar nuevos escándalos eligiendo este año a un novelista consagrado, como es álvaro Pombo, y a una escritora joven con el mejor futuro literario como Marta Rivera de la Cruz (Lugo, 1970), finalista con En tiempo de prodigios, su cuarta novela. Esta obra contiene dos relatos, uno dentro de otro. El relato primero está formado por la narración autobiográfica de Cecilia, quien, a sus 35 años, sobrelleva el dolor producido por la muerte de su madre y cumple el encargo de una amiga visitando al abuelo de ésta en Madrid mientras los padres de Elena viajan a Estados Unidos para ser atendido él de una enfermedad. El abuelo de Elena, Silvio, descubre a Cecilia el secreto de su vida y le cuenta una larga his-toria que hunde sus raíces en los años 20, la Guerra Civil y el holocausto judío. Digamos ya que ambas narraciones resultan conmovedoras.

El interés de la novela se acrecienta por la alternancia y fragmentarismo de ambas narraciones. El relato primero, atento al presente, que coincide con 2005, gira en torno a Cecilia como narradora y protagonista de la dolorosa perdida de su madre hace un año. Así, desde su presente narrativo en Madrid como ilustradora de libros para niños, se hacen retrospecciones temporales con el fin de completar, parcialmente, la narración autobiográfica de Cecilia desde su infancia y adolescencia en Lugo hasta sus estudios en Madrid y su presente en la capital.

El relato segundo es más lineal y también fragmentario y alternante con el primero. Silvio actúa como narrador oral que cuenta a Cecilia una historia de amistad y de horrores perpetrados por los nazis en su plan de exterminio del pueblo judío. Es una historia cosmopolita que empieza por la llegada del misterioso héroe de guerra Zachary West a Ribanova, trasunto de Lugo en las novelas de la autora. En aquel espacio provinciano en los años 20 comenzó la amistad entre Silvio y Elijah, ampliada luego al hijo de un violinista judío polaco. Pero la vida de Silvio quedó truncada por la Guerra Civil, que lo depositó como funcionario en un ministerio, negándose a colaborar con Zachary en su ayuda a los judíos perseguidos por los nazis. Su relato se convierte ahora en una historia de agente doble y autor de novelas policíacas, nazis que cambian de país con nuevas identidades y colaboradores de una organización que pretende llevarlos a juicio .

Lo aquí referido no es más que un pálido reflejo de la acumulación de historias en torno al personaje de Silvio. En ambos relatos hay tantas historias secundarias que, tal vez, algunas pudieran suprimirse. Pero, al cabo, encuentran su justificación en que cada una sirve, al modo cervantino, como referente de la conducta seguida por ambos narradores. Historia y ficción se integran con armonía en esta novela escrita con técnica realista y en cuya trama confluyen pasado y presente, personajes y hechos reales con sentimientos íntimos que también pudieran serlo. Por eso despierta la emoción de lo auténtico. Y ahí radica su capacidad de conmover.