Image: La sangre de los inocentes

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Novela

La sangre de los inocentes

Julia Navarro

22 febrero, 2007 01:00

Julia Navarro. Foto: Mercedes Rodríguez

Plaza & Janés, 2007. 600 páginas, 21’90 euros

En los momentos de incertidumbre suele cundir un cierto oscurantismo, y la intolerancia cubre como una espesa niebla la mente de los hombres. Unos en nombre de su dios, otros en el suyo propio, o en el de los poderosos en la sombra, derraman la sangre de los inocentes.En este gran mosaico narrativo de aventuras, de misterio y venganza, de conflictos entre el pasado y la actualidad, Julia Navarro pretende entretener, y también hacernos reflexionar, sobre las raíces del fanatismo, del choque entre Oriente y Occidente. Y lo cumple con eficacia notable.

La novela arranca con la crónica que en el siglo XIII un notario de la Inquisición, Fray Julián, escribe sobre el asedio a Montségur, reducto último de los cátaros, que fueron exterminados por la alianza entre el rey de Francia y el Papa. Sigue nuestra autora la tradición de la novela de aventuras clásica, recorrida por una trama de misterio e intriga que seduce al lector hasta el final de esta extensa narración. En esta nueva entrega, nos ofrece ese relato del Languedoc y la crónica terrible de la matanza de los cátaros, para pasar posteriormente, en la segunda parte, a finales de los años 30 del siglo XX, en Carcasona, centrándose en un conde obsesionado con la historia de Fray Julián. El Conde D’Amis le encarga la autentificación del manuscrito al medievalista francés Ferdinand Arnaud, experto en los cátaros, y protagonista de buena parte del primer tercio de esta narración, un investigador agnóstico que conoció el Berlín de los nazis, casado con una mujer judía. A través de una técnica dialógica servida por varios personajes a lo largo del libro, de forma amena, Julia Navarro desgrana la información cultural, histórica, ofreciendo al lector noticia suficiente para hallar las claves de tiempos, geografías y héroes, históricos y novelescos. El lector alterna, y ya en la época actual, por diversos espacios donde la intriga se desarrolla simultáneamente: París, Frankfurt, Londres, Roma, Granada, Bilbao, Estambul, Jerusalén, entre otros. Un grupo amplio de personajes sin aparentes conexiones van orquestando la intriga. Ignacio Aguirre, jesuita español que ha trabajado en el Vaticano, experto en herejías y diplomacia, ya anciano se retira a su Bilbao natal, pero es llamado por el Centro de Coordinación Antiterrorista de la Unión Europea, porque después de un atentado en Alemania, los servicios de inteligencia se temen una acción terrorista de gran alcance.

Para esta ambientación en diversos tiempos y múltiples escenarios, Navarro se ha documentado muy exhaustivamente, concediendo así verosimilitud a sus personajes, a la intriga que discurre en diferentes espacios, a la hibridación de géneros narrativos, para configurar una novela recorrida de buen periodismo y de grata lectura. Conoce muy bien los ingredientes que le han llevado al éxito, y los maneja con habilidad. No en vano se encuentra entre los cinco españoles "best seller" mundiales.

También el gusto literario se va globalizando, como la preocupación por la intolerancia y el fanatismo, y sus funestas consecuencias: terrorismo y violencia sobre los inocentes que no piensen igual: es diáfano el título de este libro. De esta manera, el trasfondo histórico-religioso de los cátaros, el Berlín de los nazis, como intransigencia política, o la época actual, con la amenaza del integrismo islámico, nos demuestran que las persecuciones religiosas son tan antiguas como el ser humano. Las tres religiones monoteístas, Judaísmo, Cristianismo e Islamismo, han sido víctimas y verdugos a lo largo de la Historia, y sobre esta dualidad se basa el recorrido, que no vamos a desvelar, de este relato.