Que el mundo es ancho y ajeno es un "lugar común"; como lo es que la migración constituye uno de los fenómenos más relevantes de nuestro tiempo, que sus protagonistas viven la misma historia desde otro punto de vista… O que debemos acortar distancias y ensanchar nuestras miras. Y es que las consideraciones éticas al respecto también constituyen "lugares comunes", como que el derecho a emigrar no puede eximir del derecho a mantener los derechos más elementales. Suponemos que todas estas consideraciones están detrás del empeño que inspira -por segunda vez- la ocasión de convocar a una larga veintena de voces comprometidas con quienes "cruzan el estrecho", expresión que empieza a ser "común" por su frecuencia, al tiempo que representa una inmensa metáfora de la enorme distancia que separa a un inmigrante de su patria ("eso que se siente en el exilio"). Desde la narración documental ("El viaje de Igor"), o testimonial ("From Lagos to Lago"), a la creación literaria ("Arroz a la polaca", "La flor de la cayena", "El hombre de la casa") por parte de autores (Ovejero, Iwasaki, Molina Foix, entre otros) que escogen enfoques originales (un partido de fútbol, un plato típico…), se recrea con humor e intensidad situaciones de indudable verosimilitud. Todos denuncian y proponen, a través de una secuencia de relatos encadenados, su postura ante la inmigración y el racismo, que "no es un insulto" sino "un gesto". De eso se trata, de combatirlo con gestos. Y este libro es un buen gesto.