Image: Así que usted comprenderá

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Novela

Así que usted comprenderá

Claudio Magris

11 octubre, 2007 02:00

Foto: Carlos Miralles

Traducción de J. A. González. Anagrama. Barcelona, 2007.

Bien sé que la crítica ya ha superado -quizás en demasía- todos los prejuicios de la llamada "falacia intencional" que exigían prescindir de cualquier vinculación entre lo escrito y la vida del autor como argumento explicativo de la obra en sí, sometible tal solo a una lectura analítica y reflexiva autónoma, definida como "close reading". En este sentido, la publicación de este texto de Claudio Magris (Trieste, Italia, 1939), arropado por dos de las primeras recensiones que mereció de la crítica italiana, ha reavivado el eco de la no muy lejana muerte de su esposa, la escritora Marisa Madieri. En la medida en que se lea en clave biográfica Así que Usted comprenderá, se suscitará el recuerdo de otras elegías narrativas semejantes como Una pena en observación de C. S. Lewis o Señora de rojo sobre fondo gris de Delibes. Sin embargo, el intento de Magris va, creo, en muy otra dirección, comenzando por el intenso vínculo que se establece entre este nuevo título y sus dos obras anteriores, su última novela, A ciegas y, en particular, la pieza teatral de 2001 La exposición. Las tres reescriben sendos mitos clásicos: el de Jasón y los argonautas, el de Alcestes y Admeto, y el de Orfeo y Eurídice, y en todas ellas, junto a la crudeza del desencanto y del horror a la nada, destaca la presencia de un tema eterno, las identidades diferenciadas del hombre y la mujer y la relación entre ellas. Pero en vez de la exclusiva consideración de la clave matrimonial, no se debe echar en saco roto la pista que, cuando la publicación de A ciegas, Magris nos proporcionaba: el ejemplo de su madre como persona fuerte, sabia, como mujer-escudo a favor de su hombre y de su hijo quien acabará reconociendo, así, "yo he encontrado en mi vida la claridad y la razón gracias seguramente a mi madre, de la que siempre he sido muy amigo".

Aunque no presentada como un texto dramático, Así que Usted comprenderá posee todos los atributos de un monólogo susceptible de ser representado. Hay un escenario levemente sugerido, las dependencias oscuras de una Casa de Reposo, y un interlocutor todopoderoso, el Presidente de la Fundación que la sustenta, a quien la protagonista justificará sin tapujos por qué ha frustrado el intento de su marido de llevársela de nuevo consigo venciendo todos los obstáculos semejantes a los que Orfeo superó para rescatar a Eurídice del Hades. Pero la desvirtuación del mito que Magris nos ofrece mira más hacia otro modelo: el monólogo de Molly Bloom, aquella Penélope gibraltareña, voluptuosa y desenfadada, que en ausencia de cualquier interlocutor que no sea su subconsciente, acaba por desmoronar lo que queda de la asendereada imagen de su Ulises judío, Leopold Bloom.

La protagonista va deconstruyendo también, más en clave sarcástica que meramente irónica, la figura de su falso héroe, un ser débil pero infatuado, doblemente Narciso por ser poeta famoso, al que ella ha sostenido y en cierto modo creado como hombre, como artista y amante en un esfuerzo ímprobo, apenas compensado, que no quiere reanudar volviendo a la vida. En poco más de 40 páginas, va aportando los argumentos que desembocarán a la altura ya del último párrafo en la frase que da título a la obra, en la que se concentra el clímax desmitificador. El Presidente de este limbo, correlato de Hades y Perséfone como Señores del Averno, entenderá así lo aparentemente incomprensible: por qué esta Eurídice renuncia al papel que le reservaba la voluntad de un Orfeo descrito con una fraseología implacabe como charlatán, neurótico, cabezota, con aires de gitano, haciendo el bobo todo el día, narciso egoísta…