Image: Proyecto Lázaro

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Novela

Proyecto Lázaro

Luis Miguel Ariza

29 noviembre, 2007 01:00

Luis Miguel Ariza. Foto: Carlos Miralles

Plaza & Janés, 2007. 464 páginas, 19’50 euros

Proyecto Lázaro es la tercera novela que publica Luis Miguel Ariza. Se trata de un thriller científico y religioso en el que se aprovechan ingredientes genuinos de novelas concebidas con grandes dosis de aventura, enigma, creencias y supersticiones abordadas con enfoques científicos y tecnológicos. Si a estos materiales añadimos su localización en el Vaticano como centro de poder religioso de incalculable influencia y ámbito secreto de inconfesables maquinaciones, tenemos la cocina de una novela que atraerá a muchos lectores deseosos de colmar horas de entretenimiento con la narración de prodigios que no desfallecen en la suspensión de la intriga.

La narración comienza en diferentes lugares alejados entre sí, con personajes que luego coinciden en las ocultas redes del Vaticano en los días de la muerte de Pablo VI en el verano de 1978. Al principio se informa del acuerdo entre un físico de Princeton y un famoso predicador estadounidense destinado a grandes empresas en su carrera eclesiástica. Al final la novela se cierra con el esclarecimiento de aquel contrato secreto que unió los destinos de Heinz Fritzsch, científico de origen alemán, y el cardenal Paul Joseph Keeler en su aventura de arqueoacústica consistente en la recuperación del sonido guardado en el barro de antiguas cerámicas. Con investigaciones adecuadas y grandes cantidades de dinero exigidas para su realización se alumbra la maravillosa idea de recuperar la voz de Cristo encerrada en el barro de alguna vasija modelada en su divina presencia. Tan audaz proyecto acaba reuniendo en el Vaticano a varios personajes que contribuyen a la intensificación de la intriga. Además de Fritzsch y Keeler, encumbrado éste al poder como Secretario de Estado del Vaticano, allí se cruzan una hermosa arqueóloga que descubrió una enigmática vasija en Palestina y un sacerdote expulsado por sus capacidades para desmontar patrañas en los milagros.

El relato de sorpresas y prodigios no deja descanso al lector. Así se suceden los enigmas de un cardenal que se ha vuelto loco o endemoniado, la misteriosa muerte del viejo archivero consultado por la arqueóloga para obtener información acerca de una vasija descubierta por un colega muchos años antes y la frenética búsqueda de otra vasija en las catacumbas romanas, con las perse-
cuciones y muertes perpetradas en el laberíntico recorrido, hasta llegar al descubrimiento de un sofisticado laboratorio científico donde se consuma el anhelado experimento para recuperar la voz de Cristo leída por medios acústicos en el barro de las vasijas. Una reunión final del policía científico y el sacerdote debelador de milagros sirve para atar cabos acerca del fracaso o del éxito de aquel asombroso experimento. Y las especulaciones de Keeler en soledad, aún como Secretario de Estado, unos días después, con Albino Luciani como nuevo Papa, dejan la novela abierta a nuevas investigaciones con una de las tres vasijas conservadas. El epílogo tan sólo viene a ofrecer una recreación amplificada del relato evangélico con palabras de Cristo que con tanto denuedo se han perseguido. Y con ello se ha construido una novela que, más allá de su explotación de casualidades, algunas increíbles (como el autor mismo reconoce en la pág. 290) y de su no siempre adecuada distribución de retrospecciones temporales, gustará a muchos lectores por su hábil manejo de ingredientes del bestseller.