Image: Sobra un rey

Image: Sobra un rey

Novela

Sobra un rey

José García Abad

17 julio, 2009 02:00

José García Abad. Foto: Ricardo Muñoz

La Esfera de los Libros. Madrid, 2009. 473 pp., 23 euros

Sobra un Rey es la primera incursión del reconocido periodista José García Abad (Madrid, 1942) en el género de la novela histórica y lo hace con la destreza de un buen observador, capaz de incorporarse en primera persona a las maneras y "decires" del primer tercio del siglo XVI, entregándonos un panorama bastante exhaustivo, ameno y a veces espeluznante, de lo ocurrido en el Reino de Castilla tras la muerte de la reina Isabel la Católica, ocurrida el 26 de noviembre de 1504.

En 1523, el cronista Jaime de Garcillán recibe, junto a su amigo y colega Alonso de Torrelaguna, una misteriosa invitación cursada por don Juan Manuel de Villena de la Vega para acudir a su castillo de Belmonte. Allí, el aprensivo cronista se encuentra con una selecta reunión a la que han sido invitados don Diego Ramírez de Villaescusa, obispo de Cuenca, y don Gutierre Gómez de Fuensalida, quien fuera, entre otros cargos, Consejero de Estado de los Reyes Católicos. Don Juan Manuel expone durante la primera comida las razones de la invitación: cada uno deberá, por el futuro bien de todos, contar, sin omitir detalles, su participación en el conflicto generado, tras la muerte de la reina Isabel, entre su esposo, Fernando el Católico y su yerno, Felipe el Hermoso.

Poco a poco, entre sustanciosas comidas escanciadas por generosos vinos, secuestros, sobresaltos y conspiraciones, los convidados narran los intríngulis de un drama familiar que puso en alto riesgo los avances logrados por Isabel y Fernando en el poderoso y codiciado Reino de Castilla. Por una parte, un rey experimentado y celoso de cuidar su legado y, por la otra, la ambición de un príncipe consorte, ambos capaces de cualquier desmesura con tal de cumplir sus aspiraciones. En medio, Juana, la legítima heredera del reino, prisionera del amor por su esposo y de los manejos de don Juan Manuel, unos de los principales artífices de su mítica e inventada locura. Matizando aquí y allá, destacan brillantes personajes como Pedro Mártir de Anglería, Erasmo de Rotterdam o Nicolás Maquiavelo.

El tema, como sabemos, no es nuevo, pues sobre Fernando el Católico, Juana la Loca y Felipe el Hermoso, no han dejado de correr ríos de tinta pero, en el libro que nos ocupa, el modo en que García Abad aborda este doloroso trinomio, aporta, con una sinceridad fuera de dudas, una visión rigurosa y humana de la que pocas veces solemos disfrutar en el género de la novela histórica pues, como dice el autor en la pormenorizada ";explicación y reconocimiento de sus deudas": "Hasta ahora los historiadores no se habían ocupado de estas fuentes, centrándose, como es natural, en los documentos oficiales guardados en los archivos históricos...", de ahí que el lector, ávido de honestas exposiciones, pueda satisfacer su curiosidad entre estas páginas y de paso, entender muchos de los caminos que nos han traído hasta aquí.