Image: En línea. Trece historias a la manera antigua

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Novela

En línea. Trece historias a la manera antigua

Ingo Schulze

3 junio, 2011 02:00

Ingo Schulze. Foto: Caren Müller

Traducción de Carlos Andreu. Destino. 368 pp., 20 euros


La narrativa del siglo XXI va adquiriendo un perfil y unas características definidas en textos donde se evidencia el desconcierto del hombre actual ante un mundo incomprensible. Estos cuentos de Ingo Schulze (Dresde, 1962) resultan un buen ejemplo de literatura de nuestro tiempo. Son textos de irreductible originalidad, que relatan una historia elaborada con materiales de la vida cotidiana. El lector pasa de episodio en episodio, recorriendo un terreno conocido que paulatinamente se convierte en extraño, aunque a primera vista parezca cercano y familiar. Es como si la brújula de la vida hubiera perdido su magnetismo.

La perplejidad ante los cuentos enseguida da paso a la satisfacción. En algunos, especialmente los cuatro primeros, reconocemos el carácter de los personajes, sus acciones, dónde viven, los trabajos, si bien la derrota de su conducta termina por indicar que casi nada encaja en sus vidas. "Calcuta", una pequeña obra maestra, relata la historia de un desempleado que pasa el tiempo dedicado a diversas tareas domésticas y, a la vez, atiende a las idas y venidas de sus vecinos, arma trampas para los ratones, etcétera. Todo ello compone un entorno corriente, veteado por algunas preguntas, ¿por qué dejó de tocar el violín y se dedicó a ser ingeniero industrial? Cuestiones nacidas de un sentimiento y no de preocupaciones ideológicas. Cuando en la oficina de empleo temporal le ofrecen el trabajo de repartidor de un periódico gratuito, el orgullo le puede al recordar que construyó una central eléctrica. Su ensimismada existencia doméstica se cruza con el dolor de los vecinos, cuyo hijo se debate entre la vida y la muerte en el hospital. Finalmente, el chico de los vecinos regresará curado a casa.

La lectura del texto se efectúa sin que los vacíos de sentido se llenen, quedan abiertos. Las líneas temáticas de estos cuentos permanecen inconclusas, y su significado no se obtiene sumando temas ni tampoco por yuxtaposición. Es como si la compresión final de la historia sobrara, y que el narrador simplemente hace zapping con los episodios del texto.

Otros cuentos ofrecen un relato convencional, como el estupendo Incidente en El Cairo. El autor acude a un congreso de escritores en Egipto con una nueva compañera, quien lo deja por un egipcio, sumiendo su vida en una pesadilla. El relato Enredos de Nochevieja narra la historia de un hombre enamorado, pero la relación naufraga, y su vida trascurre con otra mujer a la que le une la buena química sexual. Un reencuentro años después con la amada termina también en nada.

En fin, los personajes de Schulze no comprenden la sociedad que les rodea, aunque los patrones sean reconocibles, viajes, las vacaciones, las fiestas de cumpleaños, rutinas caseras, trato cortés con los vecinos, pero el amor o la conducta de los amigos suelen, en el fondo, resultar inescrutables, pues los valores éticos aparecen sustituidos en el trato por el interés personal.