Poesía

De lo visible y lo invisible

Javier Sangro

11 octubre, 2000 02:00

Calambur. Madrid, 2000 76 págs., 1.500 pesetas

Hay palabras que no tienen destino, que rezuman aislamiento y nostalgia de un destinatario imposible. Hay poesía que es nómada de su lector imaginario. Pero hay cierta poesía que se sirve de su silencio para transmitir una emoción profunda, una escritura poética que emerge de un sentimiento ante la realidad que permite al lector reconstruirla como si de un demiurgo se tratara. De ese aliento de creación surge la verdadera comunicación literaria que con habilidad consigue Javier Sangro en De todo lo visible y lo invisible. En este cuarteto lírico evoca un mundo objetivo en el que se configuran el discurrir de sus días, desde el presente africano, con una mirada asombrada, de raíz guilleniana, por un paisaje que le llena de fascinación, hasta merodear por el pasado más lejano, por una existencia que contempla el mundo como si naciera a él todos los días. Y es esa contemplación llena siempre de asombro, nunca plasmada de manera directa, la que marca uno de los motivos que dan unidad al poemario, donde todo un cortejo de recuerdos, "más allá del lenguaje" discurren con claridad expositiva. Sangro parte de una cosmovisión optimista, aunque consciente del arduo trabajo del vivir, donde el amor es la fuerza y sentido de la misma.

Sangro (Pau, Francia, 1950), diplomático de profesión, desarrolla su labor como consejero político de la Embajada de España en Rabat, alternando con la escritura poética. Ha colaborado en revistas de poesía, y ha publicado su primer poemario, El último nudo en 1994, con prólogo de Luis Alberto de Cuenca. Tras la lectura De todo lo visible... encontramos que Sangro tiene una cualidad poética que es una rareza hoy: la sutileza en la utilización de la materia del recuerdo hasta transformarla en verso. Su fusión con la naturaleza llega a un panteísmo de emoción contenida y nostálgica, nos remite a nuestra mejor lírica: Cernuda, Gil de Biedma, pero también al Rosales de La casa encendida.