Image: Satán dice

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Poesía

Satán dice

SHARON OLDS

28 noviembre, 2001 01:00

Trad. R. Lentini y R. Canogaviria. Igitur. Tarragona, 2001. 139 páginas, 1.700 pesetas

con evidente raigambre feminista, Sharon Olds (californiana de 1942) es considerada una de las poetas más representativas de los Estados Unidos. Profesora de creación literaria, premiada autora de cinco libros, comenzó su carrera en 1979 con este Satán dice. En ese momento este libro, intenso y lleno de fuerza (por qué no decirlo, también de rabia) conectaba perfectamente -desde una directísima experiencia personal- con las críticas más duras al machismo patriarcal de la familia burguesa y con las críticas no menos acerbas -desde un sector que ha ido creciendo- hacia el papel de la mujer sumisa y esclava del hogar, del marido y de los hijos...

El Satán al que alude el título (y el primer poema del libro, que hace de prólogo) es el Satán de la rebelión, no el terrorífico de los infiernos medievales; el de la insumisión y la protesta que empuja a la mujer a decirlo todo, a expresar su desgarro, su ira, su áspero aprendizaje de una vida nueva. Libro autobiográfico, que aunque quiere sentirse en la línea de Adrienne Rich o de Anne Sexton, no deja de invocar la fuerza primigenia de Whitman, Satán dice es la contradictoria historia de la liberación de una nujer que logra ser escritora a los 37 años, tras haber sido hija sometida -y fascinada por la brutalidad del padre- en una familia antigua y puritana, esposa de un marido con el que tuvo hijos pero con quien no temrinó de ser feliz (un marido demasiado consuetudinario para una mujer muy nueva) y finalmente madre de esos hijos a los que quiere pero a los que teme constreñir o ahogar como aquellos padres de su infierno calvinista hicieron con ella.

La poesía está pues al servicio aquí del autoanálisis y de la búsqueda de verdades hondas, de esas tan hondas que frecuentemente no se suelen decir. Entremezclando el lenguaje cotidiano, las metáforas más largas, y una clara voluntad de exorcismo, los poemas de Satán dice son como sondas en un pozo oscuro del que sale un agua magnetizada, llena de fuerza, claridad y a veces cascotes del viejo derrumbe, en palabras o expresiones duras que no son la tónica del libro, pero a las que tampoco se tiene miedo, según ordena Satán. El libro se distribuye en cuatro partes cronológicas ("Hija", "Mujer", "Madre" y "Viaje", quizá la última la menos trabada) que resumen el aludido periplo vital de la autora, del que ha logrado -no sin lucha- desprenderse.

Quizá no es un libro perfecto Satán dice por demasiado magma energético, pero tiene muchos poemas duros, sobresalientes y nuevos, que marcan un autobiografismo de hondura y claridad al que la poesía no ha sido tan propensa como la prosa, y ello naturalmente, sin perder nunca el estricto lenguaje poético. "Fósil de amor" es un retrato ávido y execrado del padre. "La hija creciente", una visión materna en días de guerra, con un final muy aclaratorio: "Desde entonces/sería ante mi misa, la enemiga/de todo aquel que me impidiera crecer". El marido es comparado a las mariposas monarcas ("la belleza y el silencio de las grandes migraciones"); exalta la arrogancia por la maternidad, el horror y la fascinación del parto y el amor a la hija -el amor lleno de cuidados- en "No era capaz de decir". La edición es bilingöe y la traducción muy correcta. Duro, áspero, tierno, Satán dice se muestra como la destrucción de la vieja familia buscando el más natural amor.