Poesía

Sonetos de fuego y nieve

Javier Villán

24 julio, 2002 02:00

Hontanar. Ponferrada, 2002. 56 páginas, 6 euros

Tras Memoria de insomnios Javier Villán publica estos 26 Sonetos, que añaden a su amplia obra poética lo que presenta como "el mapa sentimental del paso de una edad" y que viene a ser un cancionero amoroso en cuatro secuencias que organizan el enfrentamiento de la pasión con la conciencia del tiempo que todo lo deshace.

El estricto molde del soneto resalta el desbordamiento expresivo con que el poeta va cifrando la trayectoria del deseo erótico enfrentado a su objeto y a la intemperie de la fugacidad. Los poemas de "Llamas" conducen a la culminación en la que cuerpo y palabra se funden: "Todo tu cuerpo es cópula y es suma,/ labios tus labios y tus muslos labios,/ y el cáliz bajo el pubis y los sabios/ signo y sintaxis que tu boca alienta,/ acaricia, subraya, hiere, aventa". A partir de "Brasas" la plenitud de la fusión se ensombrece con los presentimientos de soledad y acabamiento, que en "Humos" instalan el dolor y la mortalidad en "los escombros de un sueño" y que, en "Cenizas", alcanzan los mejores momentos del conjunto.

Por momentos distancia de tanto ardor y de tanta tensión expresiva el doble juego en el que la intensidad y el tono elevado se cruzan con lo paródico, más o menos afortunado (como el uso de algunos vocablos y rimas), de algunas intertextualidades de Juan Ramón, García Lorca o Rubén Darío, entre otros: "Resplandor, oquedad, estalactita,/ hermética, fugaz, sacerdotisa,/ virgen, vestal, lirófora, insumisa,/ púber, frutal, canéfora, Afrodita". Con todo, estos Sonetos de fuego y nieve componen una bien urdida suma sentimental, sorprendente y brillante en sus aciertos, a la vez que un homenaje, quiero pensar que algo irónico, al discurso amoroso de la tradición.