Image: Prosas completas

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Poesía

Prosas completas

Vicente Aleixandre

30 enero, 2003 01:00

Vicente Aleixandre, por Grau Santos

Ed. A. Duque Amusco. Visor. Madrid, 2002. 1099 págs, 36 euros

No creo que nadie pueda comparar (ni siquiera el muy alexandrino y buen editor Duque Amusco) la obra poética de Vicente Aleixandre -una de las de mayor dicción del 27- con su obra en prosa, tan mayoritariamente ocasional o epistolar, aunque ambas cosas estén llenas de significado.

A mi entender la obra en prosa de Aleixandre sólo tuvo dos grandes proyectos, uno público y publicado, y el otro -en su vida, y aún hoy- fundamentalmente oculto. Su proyecto público es el libro (entre la semblanza, la memoria, el retrato lírico) Los encuentros, editado por vez primera en 1958, y aumentado en sucesivas ediciones hasta 1967, y del que siempre quedaron flecos -que ahora podemos leer o recordar- como su evocaciones de Alberti, de Max Aub o de Pablo Neruda, las tres escritas en 1973... (por cierto creo recordar un textito sobre Valle Inclán, de un bastante final Aleixandre, que no encuentro en el libro). Vicente Aleixandre -siempre benevolente, acogedor, poco amigo de pendencias literarias- acompañaba su afán de Los encuentros, en un tono ciertamente menor, con las cartas y adhesiones que enviaba a revistas poé-ticas y a poetas o escritores, muy amigos o más lejanos, y que no son sólo testimonio del buen carácter aleixandrino, sino de la vida poética española, sobre todo en los años 50 y 60. (Evocaciones y pareceres y Cartas a revistas jóvenes de poesía, en la nomenclatura del editor).

Lógicamente a este apartado testimonial íntimo -pero literario- pertenecen los prólogos o respuestas a cuestionarios en que Aleixandre habla o trata de explicar y comentar su propia obra poética. Difícil considerarlo todo (salvo los propios Encuentros) sino como algo menor y episódico, aunque pueda resultar -y resulte- esclarecedor.

El proyecto que he llamado oculto de Aleixandre no tiene nada de secreto, aunque en buena parte aún sea inédito, como reconoce Duque Amusco. Aleixandre (salvo en sus últimos años, y aún entonces) fue un excelente corresponsal. Avisaba que rompía todas las cartas que recibía, pero prácticamente todas las había contestado antes. Incluso quienes le visitábamos regularmente -viviendo como él en Madrid- tenemos muchas cartas de Aleixandre, sobre todo de sus veranos en Miraflores. Verdad que José Luis Cano y más recientemente Irma Emiliozzi abrieron la publicación del riquísimo epistolario aleixandrino, verdad que Duque Amusco aporta cartas nuevas, pero aunque el editor no deje de reconocer lo testimonial de su propósito (poder calibrar, comprender y gozar del estilo epistolar de Aleixandre) lo cierto es que el epistolario inédito -tanto el ocasiónal como el muy íntimo- está aún ausente de esta y otras ediciones. Las muchas cartas que dirigió a Antonio Carvajal y a su hoy fallecido amigo Carlos Villarreal, (muy favoritos amigos de Aleixandre, en la distancia) por ejemplo. Y sí estoy de acuerdo con Duque Amusco (aunque lo que decimos vuelve menos completas estas prosas) que si alguna vez se reune el epistolario total de Aleixandre, nos llevaremos más de una rica sorpresa. Confeso lector y relector de Proust -también inmenso epistológrafo- Aleixandre dejó mucho de sí en las cartas, entre otras cosas la voluntad de estilo de su prosa, generalmente lírica y rica. Aleixandre tuvo -sin duda- voluntad de arte en su prosa; con todo (incluyendo el epistolario aún no visto) puso claramente por delante su poesía.

Por cierto que esta gran edición de las Prosas completas reúne en apéndice entrevistas y un Complemento poético que recoge poemas rechazados por Aleixandre de alguno de sus libros, por caso, de Cantando en las Carolinas, título nonato del libro que finalmente sería Espadas como labios. Festín indudable para aleixandrinos.