Image: Los secretos del bosque

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Poesía

Los secretos del bosque

Clara Janés

30 enero, 2003 01:00

Clara Janés. Foto: Mercedes Rodríguez

Premio Jaime Gil de Biedma. Visor. Madrid, 2002. 79 páginas, 8 euros

De los hindúes y de la alquimia nos habla la contraportada de este libro, quizá más atractivo por su atmósfera y por sus sugerencias míticas que por la concreta rea-lización de los poemas.

Clara Janés se ha especializado en traducir, en abrir la poesía española a otras tradiciones, especialmente las que tienen relación con la mística y Oriente.

"Según los hindúes -leemos en la contraportada-, la vida del hombre se distribuye en cuatro etapas, la tercera de las cuales se sitúa en el bosque y su fin es ir desprendiéndose de todo lastre para entrar en la última en una desnudez total". Por el mítico bosque de las baladas medievales avanza el protagonista de este libro: "Desconocida era la senda/y mi caballo/seguía la humedad del herbazal/y los indicios de flores tímidas/en lo profundo/de la hojarasca". Los sesenta y seis fragmentos del volumen nos refieren las etapas de ese viaje, relacionadas con las diferentes operaciones de la alquimia: la "calcinación" que era equivalente a la "muerte del profano"; la "putrefacción" o separación de los restos destruidos; la "solución" o purificación de la materia; la "destilación", y finalmente la "conjunción" o "coincidentia oppositorum". María Rosa Scaramuzza, en el folleto que acompaña al volumen, analiza las relaciones de la poesía de Clara Janés con la alquimia, que no fue sólo "una especie de química precientífica, sino una visión del mundo y una filosofía de la vida", un camino moral de ascensión, purificación y redención. La escritura poética sería comparable al trabajo alquímico: una búsqueda de lo eterno a través de las transformaciones de la materia.

Las sugerencias intelectuales, las resonancias míticas hacen atractivo Los secretos del bosque, pero quizá más para el escoliasta que para el lector. Como los poemas mayores de San Juan, cada fragmento parece que está pidiendo un largo comentario en prosa, por el estilo de los que tan sutilmente desarrolla la autora en La palabra y el secreto. Pero los versos de Clara Janés no parecen sostenerse por sí mismos, quizá debido a que a menudo parecen desentenderse de la magia del ritmo; nos suenan demasiado a traducciones (a ratos, incluso más que sus verdaderas traducciones o recreaciones).

El atractivo y la insatisfacción que produce Los secretos del bosque resulta muy característico de buena parte de la poesía, y la obra en general, de Clara Janés, una autora que parece vivir en poesía, pero que no siempre acierta a objetivarla en verso, como si su propia riqueza interior, su pluralidad de intereses, de lecturas, de ensoñaciones trascendentales, se lo impidiera. O quizá sea que sus poemas no aspiran a ser poemas, sino otra cosa: punto de partida para la aventura, menos intelectual que espiritual, del lector.