Image: El dormitorio ajeno

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Poesía

El dormitorio ajeno

Ignacio Elguero

12 junio, 2003 02:00

Ignacio Elguero. Foto: Archivo

Hiperión. Madrid, 2003. 72 páginas, 7 euros

Tras Los años como colores (1998) y Cromos (2000), este tercer libro de Ignacio Elguero (Madrid, 1964), también de título curioso, propone al lector un análisis del amor, que, según la solapa, "sólo es posible en el dormitorio ajeno".

Dormitorio entendido como "una estancia placentera, real, soñada o idílica, donde puede hallarse la unión armoniosa de cuerpo y espíritu: el goce carnal, o ser el lugar en donde lo erótico habita en la mirada". La visión del poeta, que se muestra como apasionado mirón, halla lo erótico también en muy diversos espacios a lo largo de este conjunto cuya disposición, salvadas las distancias, recuerda la estructura de cancionero petrarquista (deseo-realización-pérdida). A ello contribuye el continuado simbolismo de la luz, que nomina a un tú amoroso que toma la palabra para espolear los instintos del protagonista. Pe-ro desde la fisiología el poeta dirige su imaginación a un más allá que implica las tradiciones clásica (Calímaco y Propercio), espiritual (Fray Luis y San Juan) y del 27 (en particular Salinas), para situarse en el territorio de un decir que se centra en el deseo, en la metaforización del sentimiento. En el vaivén entre fisiología descriptiva e idealización se crea el territorio de dobles sentidos y matizaciones en el que juegan sus mejores lances estos poemas, aunque a veces nos decepciona el alcance de unas abstracciones que no remontan el vuelo: "lamo tu sexo abierto, lo muerdo, lo succiono./Me agarro a tus caderas,/todo ahora en ti es concepto".

A la gracia y la sorpresa logradas en algunos poemas ("Dudas", "Desconocido", "Costa II", "Joven somontana" y, sobre todo, en la tercera parte) habría que oponer algunos desajustes: la mezcla de registros expresivos (enumeración y narración ceñidas, aluvión de imágenes surreales, ramalazos humorísticos), el exceso de adjetivación convencional, ciertos versos malogrados que rompen aquí y allá los ritmos del metro impar tradicional que sostienen el conjunto. Una revisión cuidadosa del libro podría haber dado mejores frutos.