Image: Centinelas

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Poesía

Centinelas

Jesús Beades

26 junio, 2003 02:00

Jesús Beades. Foto: Archivo

Fundación josé manuel lara. sevilla, 2003. 72 páginas, 8 euros

Tierra firme, el primer libro de Jesús Beades (Sevilla, 1978), nos mostró a un poeta dueño de su oficio que no tenía inconveniente en mostrar a las claras sus maestros: Borges, Tolkien, C. S. Lewis, y los más cercanos Martínez Mesanza, Sánchez Rosillo o, sobre todo, Miguel d’Ors. No defrauda Centinelas las expectativas despertadas por el primer libro, pero eliminado el efecto de sorpresa quedan más evidentes los riesgos de mecanicismo en determinadas fórmulas y los desajustes entre la habilidad formal y las ingenuidades en la visión del mundo. El riesgo se acentúa en la primera parte del libro, un breve cancionero amoroso que comienza glosando unas líneas de Yeats y termina con un poema explícitamente titulado "Palabras a la novia". ¿Sabe escapar el autor al blando sentimentalismo? No siempre. Ni a los tópicos. Pero consigue un memorable poema de dos líneas en "Escatología" ("La mitad del cielo está en tu risa/y la otra mitad no la conozco") y un apreciable pastiche borgiano. Los poemas de amor llevan a Beades a la poesía religiosa. Su poesía plantea ciertos problemas extraliterarios. ¿Es posible escribir hoy, sin asomos de ironía, un "Canto a la castidad"? Al lector escéptico, algunos de sus versos más fervorosos pueden resultarle involuntariamente cómicos. Pero, al margen de confesionalismos, caben pocas dudas de que Jesús Beades es un verdadero poeta y como tal capaz de ser apreciado por cualquier tipo de lectores. Sus mejores poemas aúnan cotidianidad y sentido del misterio, muy precisos ecos literarios y una nítida impronta personal. ¿Los riesgos? Atenerse demasiado a un doble catecismo: el de la ortodoxia católica y el de Miguel d’Ors (enumeraciones caóticas, adjetivación sorprendente y exacta, detalles realistas muy precisos...) Vale la pena ver a Jesús Beades, como a todo poeta joven que sea de verdad poeta, andar en la cuerda floja, caer y levantarse, ir a la vez contra corriente de buena parte de la poesía actual y a favor de la corriente del espiritualismo conservador. El resultado de esa paradoja es, junto a algunos quizá inevitables tanteos, un puñado de buenos poemas ("Remordimiento de escritor", "To find and to lose", "La pasión según Bach"). Lo único que a nosotros, sus lectores, nos importa.