Juan Ramón Jiménez, César Vallejo, Pablo Neruda y Antonio Machado

César Vallejo, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Luis Cernuda y Pablo Neruda son los poetas más presentes en la antología, aunque la muestra de Machado resulte un tanto tópica

Para conmemorar los 500 títulos publicados, la colección Visor de poesía ha tenido la excelente idea de publicar una peculiar antología: poetas y estudiosos, colaboradores o amigos de la colección, seleccionan un poema escrito en español durante el siglo XX.

El poema se acompaña de un breve texto que oscila entre el análisis crítico y la divagación autobiográfica. En el volumen no escasean los poemas memorables y los comentarios no menos memorables, como el que Ricardo Senabre dedica al poema "A José María Palacio", de Antonio Machado, el de Juan Oleza a "El insomnio de Jovellanos", de García Montero, o el de Mainer a un poema de Luis Feria, "Salón La Taurina". También hay textos muy inanes. Es la prosa de Rafael Conte la que merece ser subrayada por su rimbombante y apocalíptica vaciedad. De "Espacio", de Juan Ramón Jiménez, nos dice que "es un poema que rechaza los conceptos de lo corto y de lo largo, de lo fragmentario y lo unitario, que se arma sobre un espacio que es a la vez el tiempo, pues ambas coordenadas están aquí ancladas y marcadas en el exilio final del poeta, del que -de donde- ya no volvería pues no le hacía falta, ya que nos había legado su poesía, esto es, la poesía". Luego termina asegurando que el primer fragmento de "Espacio" lo antologa todo, "a los otros dos, al poeta entero, a su inmortal obra del exilio, a toda la anterior, a toda la poesía de su tiempo y de todos los tiempos". Ahí queda eso.

Antonio Machado, Luis Cernuda, Pablo Neruda, Juan Ramón y César Vallejo son los poetas más presentes en la antología. De Neruda se insiste en el aspecto más sentimental. La muestra de Machado resulta un tanto tópica salvo en la selección de Jon Juaristi, que nos permite releer y mirar con otros ojos uno de sus poemas más misteriosos e inagotables, "Muerte de Abel Martín". Pero el mérito mayor de esta antología se encuentra quizá en los poemas secretos que nos descubre, como los dos espléndidos sonetos que seleccionan Víctor Infantes ("A sus venas", de Fernando Merlo) y Fernando Savater ("De todo lo que fue nada se pierde", de Jesús Tomé); el "Arco romano", de César Simón, antologado por Vicente Gallego, o "Elogios del pez-luna", de José Luis Piquero (el más joven de los poetas antologados), valiente selección de J.Rodríguez Marcos. El deseo de evitar lo consabido lleva a algunos a incurrir en lo pintoresco. ¿Cuál es el poema, escrito en español, que Francisco Rico "aprecia por encima de cualquier otro"? Lo copio íntegro: "Tengo muy buena cochura./Comedme con regodeo,/porque soy canela pura. (También se venden fideos)".

Hay gran poesía y atinados comentarios críticos en este heterogéneo y sugestivo volumen; también trivialidades, comicidad involuntaria y los incomprensibles lapsus característicos de la más descuidada (pero no por ello menos benemérita) colección de poesía que se haya publicado nunca en España. Señalo algunos: "Los 140 mejores lectores de poesía escogen..." se nos dice en la cubierta, pero son 130 según señala el editor, Jesús García Sánchez, en el prólogo; sólo Benedetti y E. Milán, añade, han coincidido en la selección de un poema, "Intensidad y altura", de Vallejo, pero también Calvo Serraller y Marta Beatriz Ferrari seleccionan el soneto "Insomnio", de Gerardo Diego; Jorge Guillén aparece representado con tres poemas, nos dirá luego, y son sólo dos: el otro que se publica es de Nicolás Guillén... Y la colaboración de Haroldo de Campos, escrita en un precario castellano, debería haber sido revisada para evitarnos leer que a Mallarmé "yo lo traducí" o que el juanramoniano Animal de fondo se despliega en "29 secreciones".