Image: Historia de las nubes

Image: Historia de las nubes

Poesía

Historia de las nubes

Hans Magnus Enzensberger

24 marzo, 2005 01:00

Hans Magnus Enzensberger. Foto: Ángel Casaña

Trad. J. L. Reina Palazón. La poesía, Señor Hidalgo. Barcelona, 2005. 233 págs, 17’79 euros

A raíz de una reciente visita a España, Hans Magnus Enzensberger volvía a poner de relieve algunas de las claves de su literatura, ese agudo reflejo de las muchas dudas y tensiones del hombre centroeuropeo del último medio siglo.

Nos hablaba entonces el poeta del compromiso y del no compromiso moral del intelectual, de la fricción de lo cotidiano al inmiscuirse en la poesía o de la predilección -muy saludable, creo yo- que siente al poner a dialogar a la poesía con otras formas del arte o del conocimiento, incluido el científico. Es también el respaldo teórico a una poesía, la suya, de evidente originalidad, que busca la distorsión del lenguaje y que presta siempre mucha atención a lo que el autor llama su "entorno" y a la interpretación poliédrica del mismo. Esta actitud intelectual ha sido muy patente también en otros poetas de la segunda mitad del siglo XX, aunque siguiendo otros caminos expresivos. Estoy pensando en Edoardo Sanguinetti, en Tomlinson, en Roubaud u Octavio Paz. No en vano estos últimos confluyeron, en 1971, en un proyecto común llamado Renga.

Es ese sentido social y reflexivo de la obra de Enzensberger el que quizá ha permitido que, entre nosotros, casi se conozca más a este autor como ensayista que como poeta, aunque el lector español ya disponía -por cierto, en esta misma editorial- de otros tres libros suyos: Más ligero que el aire (2002), Defensa de los lobos (2002) y Lengua del país (2004). La concesión a este poeta del premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, así como de la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes, también apuntaba hacia ese Enzensberger incomprensible sin el diálogo social con nuestro tiempo y, sobre todo, ejercitado a través de una lúcida reflexión intelectual.

Se publica ahora -en cuidada edición bilingöe debida a un maestro de la traducción poética del alemán, José Luis Reina Palazón- Historia de las nubes, el último libro de poemas de Enzensberger, nacido en Baviera, en 1929. Poesía, una vez más, muy del siglo XX, y acaso anunciadora del XXI en esas simbólicas "nubes" por las que el poeta apuesta ya desde el título de su libro, por un tiempo que, poética y socialmente, forcejea por ser nuevo. El poeta sigue apostando en esta obra brillante por esa poesía de la rea-
lidad-realidad, pero rehuyendo en todo momento la "fotografía" fácil, el testimonio plano.

Unas veces lo hace a través de fogonazos de un impresionismo irreal y otras -las más- de la ironía, el sarcasmo, el humor y el ingenio, con un fondo siempre de sociedad urbana e industrial, de un tiempo en el que hasta la misma nieve -escribe el poeta- sólo acaba siendo símbolo del "cieno". Realidad engañosa de los objetos -guantes, pinzas, cuchillos- observada a veces microscópicamente, pero no exenta de ricas filtraciones cultas -"culturalistas", diríamos nosotros por boca del tópico- que enriquecen la mayoría de los numerosos poemas de este libro.

El poeta eleva el vuelo de sus poemas al remontar la cotidianidad y su habitual reflexionar desde el sarcasmo. Lo hace de manera notable en aquellos textos provocados por los viajes, las lecturas o la ciencia; también por medio de poemas que utilizan formalmente el recurso de la enumeración; o cuando el poeta parece liberarse del pensar y se maravilla a solas elevando las miradas; o cuando dialoga con la música o con los aspectos misteriosos de la realidad.

Esta espontaneidad y libertad de sus poemas mejores culmina en los doce textos finales, en ese poema de poemas que es "Historia de las nubes". No era fácil el reto de abordar un tema tan aparentemente efímero, pero a la vez tan rico y utilizado de manera muy sutil y sabia. Es el momento en el que el autor comprende que lo más cotidiano y lo más evidente difícilmente nos sobrevive, y que son los símbolos los que perduran, al menos, "un par de millones de años" más que nosotros. Es en ese poema final - cuando asoma la metafísica-, cuando Enzensberger nos entrega lo mejor de su libro.