El ojo de Newton
Menchu Gutiérrez
7 abril, 2005 02:00Menchu Gutiérrez. Foto: Archivo
Libro ensimismado, sugerente, arriesgado, El ojo de Newton muestra la dirección experimental reciente de Menchu Gutiérrez. Con leve base en la teoría corpuscular de Isaac Newton -cuya biografía: Isaac Newton, una vida, de Richard S. Westfall, tradujo en 2001 para Cambridge University Press-, sus tres partes trazan un asedio caleidoscópico a ese ojo metafórico de la imaginación, eje de las prosas de "El ojo de Newton", de los poemas de "Las cuatro esquinas del cementerio" y de la metapoesía algo irónica de "El prólogo"."¿Para qué sirve un símbolo sino para apaciguar lo que en realidad no conoce el sosiego?": en torno a un conocimiento otro, más allá de los géneros, se indagan también los límites de la propia materia comunicativa: "La opacidad es buena para hacer preguntas, sí, y para invertir el orden de las cosas. Cuando la luz choca contra Opaco, se hace la luz", escribe.
En esta suma contrastada de enfoques, y en contraste con la fluencia verbal de los poemas en prosa de la primera parte destacan los ciento veintidós depurados poemas en torno a los conceptos clave -"invisible", "opaco", "traslúcido", "transparente"- que vertebran esta busca interior de Menchu Gutiérrez: "Bajo invisible/soy el fondo,/huérfana caída"; "Opaco reduce a uno/todos los presagios"; "Corazón traslúcido destila/sangre luminosa"; "Urna del verbo transparente".