Poesía

animaLhito

Luis Eduardo Aute

25 octubre, 2007 02:00

Luis Eduardo Aute. Foto: Alberto di Lolli

Siruela. Madrid, 2007. 192 pp + 1 CD. 40 euros.

Luis Eduardo Aute (Manila, Filipinas, 1943) es un artista múltiple. A su labor de compositor y cantante se unen las de pintor y cineasta, además de poeta (reciente está la edición de sus libros de poesía bajo el título Volver al agua). Varias de esas facetas se dan cita para articular este animaLhito, que viene a formar serie con el anterior animaLhada. En efecto, aquí encontrará el lector poemas, que en algunos casos se convierten en letras de canciones, pues eso son en el disco, además de dibujos. En realidad, lo que aquí se lee o escucha no son propiamente poemas, sino lo que el propio autor llama "poemigas", término que une a la elevada conside-
ración de "poema" la humildad, la pequeñez de las "migas", y, si es verdad que estos textos tienden a la brevedad, no es menos cierto que la escasa extensión no está en absoluto maridada con la intranscendencia. Ahí están como prueba el haiku, el aforismo o la greguería. Y cabría recordar el elogio que Gracián hizo de lo breve en la conocida fórmula -además autorreferente- que tiene no poco de poemiga. Según Aute, los poemigas son "ocurrencias y pequeñas reflexiones en clave de humor" y la lectura confirma tal definición. Y convendrá aclarar que "ocurrencia" nada tiene aquí de banalidad. Una "ocurrencia" pone en evidencia algo de lo que ocurre y, si es brillante, acaba por tener visos de testimonio de un acontecimiento.

Las ocurrencias, pues, de animaLhito -en sí mismo una ocurrencia fónica y heterográfica- tienen un carácter eminentemente lingöístico, exprimiendo las conexiones casuales, o etimológicas, que se dan entre las palabras. Valga como ejemplo "Exhumación": "Carente de sentido del HUMOr/ se le han subido los HUMOs/ a ese inHUManO / ser", que sirve también para ilustrar la función que el grafismo cobra en la presentación escrita de estos textos y que se extiende más allá de los juegos con los tipos de letras y en ocasiones agrega a lo que es escritura disposiciones, enmarcamientos, etc., que hacen de los textos auténtica poesía visual, puesto que lo icónico es un componente fundamental.

Al autor, desde luego, no se le han subido los humos y hace gala de un sostenido humor que sirve además para expresar una crítica irónica unas veces, socarrona otras, de las vanidades humanas, del capitalismo y sus agentes, de manera que el lugar de quien habla es siempre el del satírico clásico que fustigat mores, sólo que ahora esa censura de lo moral, de lo inmoral, tiene siempre un sustento de gracia lingöística. Así, "Hongo es a bombín / lo que seta a BOMBA" va más allá de la burla de la lógica para ser un recordatorio de que el apocalipsis nuclear no pertenece a la ciencia ficción.

En el fondo, pues, animaLhito no se desmarca del conjunto de la obra de Aute, sino que es una continuación de ésta si bien quintaesenciada la expresión. Tanto como provoca la risa, este libro desasosiega, nos hace ver lo que hay y eso disgusta, pese a que leerlo sea, en verdad, un gusto y es que tienen miga.