Image: Antología de poetas persas

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Poesía

Antología de poetas persas

R. Cansinos Assens

17 enero, 2008 01:00

Retrato clásico de Omar Jayyam

Arca Ediciones Madrid. 410 páginas, 21’50 euros

La personalidad de Rafael Cansinos Assens (1892-1964) es una de las más fecundas y sugestivas del panorama literario español del pasado siglo. Trabajador incansable en varios géneros (novela larga y corta, cuento, poesía, ensayo, traducción), su obra llegó olvidada y desconocida a los últimos años de su vida. El interés de Borges por su figura -visitó a Cansinos en Madrid poco antes de la muerte de éste- y sobre todo la edición de su delicioso libro de memorias La novela de un literato (Alianza, 1982) atrajo la atención de nuevo hacia este original y esforzado escritor. Seguramente fue su inclinación hacia los temas místicos y su identificación con el mundo judío lo que hizo de él un "raro". En la etapa final de su vida es precisamente el Cansinos traductor el que adquiere una mayor resonancia, mientras que sus legendarias narraciones se vieron relegadas a las librerías de viejo, en donde eran fervorosamente buscadas por algunos jóvenes escritores que a Madrid llegamos en aquellos días en que el prolífico escritor murió.

Dos han sido, sobre todo, las traducciones de Cansinos que destacaron, las Obras Completas de Dostoyevski y Las mil y una noches, ambas editadas por Aguilar. Pero no hay que olvidar que Cansinos tradujo numerosas obras de otras lenguas, sobre todo del italiano y del inglés. La editora del archivo y de la fundación que lleva su nombre, nos entrega ahora esta Antología de poetas persas que nos conduce hacia ese Oriente Medio por el que nuestro autor sintió tan gran atracción. Ya inmersos en este Oriente, no debemos olvidar que Cansinos fue también el traductor de El Corán, igualmente editado por Aguilar.
Para Aguilar estaba destinada esta antología que hoy comentamos, pero el autor murió sin verla publicada. Seguramente como homenaje inmediato a su persona, un año después de su muerte, en 1965, la Editora Nacional adelantó en su prestigiosa colección de poesía los Gaceles de Hafiz, sin duda -junto a Rumi, Omar Jayyam y Din Attar- el poeta persa más notable y más ampliamente representado en esta antología. Poetas, además, que fueron grandes representantes del misticismo sufí, uno de los más notables eslabones poéticos no sólo de la poesía oriental sino universal.

Hay, sin embargo, muchos otros registros en la poesía persa, que responde siempre a ese cruce de caminos y de culturas, que ha sido Persia. Se abre la antología con el "Canto al Sol", del Zend-Avesta, obra colectiva de antiquísimo origen en la que se fija la doctrina zoroástrica y fuente primera de toda la literatura posterior. El carácter religioso de este texto le confiere al Zend-Avesta el calificativo de libro emblemático de Persia, como lo fueran La Biblia y El Corán para culturas adyacentes, o los poemas homéricos para los griegos.

La mayor parte de la antología recoge una veintena de poetas que van de los siglos X al XV -sin duda la etapa de esplendor de esta poesía-, y se halla agrupada temática-mente en varias secciones: poesía lírico-amatoria, ditirámbica y epigramática, épica y mística. La antología se cierra con una muestra de la poesía popular anónima y, en concreto con los "tazíes" o "misterios" de la muerte del profeta.

Esta antología de Cansinos es muy selectiva, muestra el placer con el que el escritor sevillano la compuso, al tiempo que nos ofrece ejemplos muy significativos de un tipo de poesía que no cabe confundir con ninguna obra. La riqueza e intensidad de su lenguaje, esa fusión ideal de belleza, hedonismo, religiosidad y erotismo, hacen de ella un paradigma. Tendríamos que pensar en las estrofas del Cántico sanjuanista o en los poemas del coreano Manhae para encontrar una parecida muestra de imágenes y de color, de sabiduría sensual, de belleza y verdad. Una estrofa de Jayyan revela el afán último de estos poetas: "Oh, ven, llena la copa, y ese traje invernal / de contrición al vivo fuego primaveral / arroja, que del tiempo el pájaro no aguarda / y ya sus alas abre para el fuego fatal."