Poesía

Vista cansada

Luis García Montero

14 febrero, 2008 01:00

Visor. 140 pp, 15 euros.

Al realizar el ejercicio de memoria que, a la altura de sus 50 años, suponen muchos de los poemas de Vista cansada, García Montero ha compuesto una sistemática reflexión autobiográfica que lo es también de una generación y de una historia. Poesía que busca su verdad, "una verdad en la memoria", la que nos ofrece el libro es revisión de lo vivido y de lo escrito a lo largo de casi 30 años, y reafirmación de una conducta necesaria: tratar de evitar las trampas del lenguaje y encastillar la imagen del vivir en la defensa de unas pocas y precarias certidumbres: la amistad, la política, el discurso amoroso, la utilidad de la poesía. Cuando más se impone la necesidad de seguir buscando una raíz común de intimidad e historia las palabras establecen sus puentes para que la poesía pueda circular por ese territorio de cuanto nos desmiente y alienta. No en vano encabeza Vista cansada una cita de Eliot que orienta la lectura: "You shall not think the past is finished,/ Or the future is before us".

Otras luces y otros tonos más contrastados protagonizan la sección "Segundo tiempo" al actualizar la vigencia de un pasado más cercano y más lúcido y dar protagonismo a la desconfianza sistemática de las propias seguridades, una perspectiva que García Montero ha ido enriqueciendo desde antes de Habitaciones separadas (1994) y, decisivamente, desde La intimidad de la serpiente (2003). Como ninguna actitud "asegura respuestas/ ni confirma el reposo", el poeta reafirma su poética de "la duda/ que siempre va conmigo/ igual que una certeza", y que dinamiza el discurso amoroso del último capítulo. Antes los poemas "Segundas conclusiones", "Democracia dos" o "Morelia" ofrecen un rico despliegue de reflexiones sobre la historia.

Espor la densidad de pensamiento que proporciona esta perspectiva como se intensifica la conclusión de Vista cansada en el breve cancionero de "Punto y seguido", que compone su propio calendario y su celebración desde ese subrayado temporal que enfatiza la pasión y la vuelve discurso memorable tan cómplice como un verso que recuerda a ángel González -"Vente conmigo al frío del invierno"- o como esa "Nube negra" que Sabina canta para todos.