Poesía

Otras voces

Tomás Rodríguez Reyes, Martín Rodríguez-Gaona, Sandra Lorenzano

30 julio, 2010 02:00

"Nombrar lo que no existe/ es tarea de los mortales". Lo dice Tomás Rodríguez Reyes, pero bien pudo decirlo Adán. El huerto deseado (La Isla de Siltolá, Sevilla, 2010) es un alarmante síntoma de obsesión por el lenguaje: cada poema contiene la palabra palabra o su perífrasis. Para el poeta, la vida tiene un sentido semántico: "¿Qué innombrada verdad dejará de ser dicha/ cuando mueran los hombres? / ¿Cómo será el sonido de la palabra última/ sobre la tierra"?. Dios creó el mundo diciendo. Y los poetas lo recrean por el mismo procedimiento.

En Mejorando lo presente. Poesía española última: postmodernidad, humanismo y redes (Caballo de Troya, 2010), Martín Rodríguez-Gaona lee con cabeza fría y corazón caliente a (entre otros) José Daniel Espejo, David González, Fernández Mallo y González Iglesias. Y pisa el freno de la arrolladora Google-poetry para que podamos apreciar lo que se nos viene encima: un futuro de versos made-in-blogspot que se escanden en píxeles, hiper-todo y post-casi todo. Léanlo. Por favor.

Contra la manía de interiorizarlo todo, Sandra Lorenzano imagina el mundo como fotocopia del alma en Vestigios (Valencia: Pre-Textos, 2010). Viento, océanos y voces merodean por el interlineado de unos poemas que suben el lenguaje al estrado y lo declaran culpable de inutilidad en primer grado: "No hay nadie al otro lado. No hay huellas ni sonidos. Veintidós letras perdidas. Silere." Es la acusación de quien cree que al significado sólo se llega a través del silencio. Y como testigo llama a T. S. Eliot. A nosotras el veredicto nos parece justo.