Poesía

Ashes to ashes

Ada Salas y Jesús Plasencia

5 noviembre, 2010 01:00

Editoria Regional de Extremadura, 2010. Sin paginación, 6 euros


Expresado con ecoconciencia, un clásico es una energía renovable. No inagotable: los dioses nos necesitan para su culto o mueren de olvido. Pero mientras nosotros leamos, ellos seguirán escribiendo. Eternamente.

Mientras nosotros leamos o, en este caso, reescribamos. Les voy a contar la historia de Ashes to Ashes: Jesús Placencia se pone a leer en inglés los Cuatro cuartetos de T. S. Eliot. Para entenderlos mejor (o de otra manera), los traduce al español. Para leer mejor (o de otra manera) su traducción española, los traduce a lenguaje visual: ilustraciones donde la palabra de Eliot es la distancia más corta entre dos puntos. Ada Salas (Cáceres, 1965) ve los dibujos de Jesús Placencia. Para entenderlos mejor (etc.), los traduce a lenguaje poético. Los incalculables gigatones de energía T. S. Eliot, intactos como el primer día.

Ada Salas no sólo escribe con personalidad: como lectora, mantiene un perfil igualmente afilado. Sus poemas para Ashes to Ashes son inequívocamente suyos: la autocracia de los versos, la sencillez de las palabras, la complejidad de sus combinaciones, el significado del espacio en blanco. Desde las páginas pares, Salas interactúa con las impares de Placencia: nada nuevo para una poeta que entiende la estrofa no como unidad estática, sino como movimiento plástico. Nos gustaría citar ahora "words", pero este poema hace falta verlo. Y aunque también lo masacremos en el proceso, sirva "you me (I)" como autorretrato de la poeta que se mira al espejo y se encuentra con un retrato de Eliot: "Entre tú y yo/ tú y yo/ o una/ serenayprogresivadisolucióndelmiedo". Ni siquiera el espejo de la madrastra de Blancanieves mentía.

De poesía a imagen a poesía. Las cenizas a las cenizas. Digamos con O'Connor: todo lo que asciende debe converger. Digamos con Giuseppe Tommasi di Lampedusa: todo debe cambiar para que nada cambie. Lujo para el alma.