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Poesía

Canal

Javier Fernández

14 abril, 2017 02:00

Javier Fernández

Premio Ciudad de Córdoba. Hiperión. Madrid, 2016. 92 páginas. 10 €

Javier Fernández (Córdoba, 1971) ganó con Canal el Premio Ciudad de Córdoba. En el jurado, Pablo García Baena, Juana Castro, Mª Ángeles Hermosilla, Pablo García Casado y Jesús Munárriz, el editor.

"Mi hermano Miguel murió el 5 / de marzo de 1975, tres semanas / antes de su sexto cumpleaños". Así empieza el libro. Consta de sesenta fragmentos y una coda. Está escrito en prosa. Lo de poética sobra. En un momento dado dice: "Necesito contar todo esto, quiero hablar de ello. Y no me sirve otro lenguaje. Tiene que ser directo, seco". Y así es. El tono es sumario. Como de informe. Escueto.

Cuando murió su hermano mayor por accidente, ahogado en un canal (de ahí el título, sí), el autor tenía tres años. Eran "inseparables". Si le hubiera acompañado, hubieran muerto los dos. Pero no voy a entrar en detalles. El libro se basta y se sobra. Lo narrativo prima. Detrás, su madre (a quien dedica la obra), su padre y su hermana Marian, la pequeña. Y el dolor. Y el miedo. Y el divorcio. Y la culpa. Y la depresión. Y la cobardía y la valentía. Y los llantos. Y las visitas al cementerio. Y los sueños: todos sueñan con Miguel, aunque Javier no quiera hablar de ello.

"Mi hermana dice que me invento los recuerdos", escribe Fernández. Reconstruir lo sucedido y darlo a conocer en forma de poemas (cómo si no) ha sido una manera de conjurar el daño. "No he conocido un tiempo sin mi hermano", reza el verso final.

A modo de coda, el poema "Dirección prohibida", dedicado a la hermana, primera versión de este libro, un poema que JF no ha dejado de "reescribir".

Hay momentos muy intensos que era complicado fijar. No tanto por los hechos que relata, sino por la dificultad para mostrar ese hondo, inmenso dolor sin caer en la exhibición sentimental y el patetismo. De esa prueba ha salido airoso. Como dijo García Baena, el libro es "desgarrador".

Asombra, en fin, la sinceridad (lo siento, no cabe otra palabra) con la que Fernández cuenta y canta, con voz melancólica y elegíaca, lo que sucedió aquel día nublado y con mucho viento. Un día que Javier, su hermana y sus padres habrán intentado olvidar mil. Ha debido de ser muy duro. Haberlo escrito (así, en plural) les habrá traído, estoy seguro, cierta calma.