Debates sobre la historia del cine y la personalidad de Javier Marías
Paul Schrader sospecha que alguien ha manipulado la nueva lista de mejores películas de la revista 'Sight & Sound' y Elvira Lindo cree que el autor de 'Corazón tan blanco' era "incapaz de empatizar"
“La aparición de Jeanne Dielman en el n.º 1 socava la credibilidad de la encuesta de Sight & Sound”. Así reaccionó Paul Schrader (Cinemanía) al conocer que la película belga había sido elegida como la mejor de la historia. “Da la sensación de estar fuera de lugar –explicó el director y guionista–, como si alguien hubiera manipulado la balanza. Y creo que lo ha hecho. Al ampliar la comunidad de votantes y el sistema de puntos, la encuesta de S&S de este año no refleja una continuidad histórica, sino un reajuste políticamente correcto”.
No ha sido el único que ha mostrado su extrañeza por que la película de la directora Chantal Akerman encabece la lista publicada por la revista del prestigioso British Film Institute. Alberto Olmos (Zenda) escribe: “La paradoja aquí es que si Jeanne Dielman no la hubiera dirigido una mujer, siendo exactamente la misma película, no sería la mejor película de todos los tiempos”. Reprocha a S&S que “no consigue nada bueno con su encumbramiento de una obra a la que no le debemos ni una sola de las miles de imágenes icónicas que nos ha dado el cine, ni una sola de las miles de escenas extraordinarias, ni una sola de las miles de innovaciones técnicas...”.
Mientras, seguimos dando vueltas a cómo denominamos nuestra lengua, ¿español o castellano? La filóloga Lola Pons, entrevistada por Berna González Harbour (El País) lo aclara. “Yo digo español. Hablo de castellano cuando hablamos de lo que se escribió hasta el siglo XV (...) Pero a partir del siglo XVI hay que hablar de español. Si un andaluz y un paraguayo se entienden es porque hablamos la misma lengua, y si tiene que tener un nombre es español”.
Paul Schrader: “La lista de 'Sight & Sound' refleja un reajuste políticamente correcto”
En el mismo periódico, Elvira Lindo critica lo que se ha escrito tras la muerte de Javier Marías. “No encontré en las páginas que se le dedicaron, disculpen la sinceridad, un texto a la altura del personaje (...), no lo reconocí en las palabras de esos amigos que lo describían como un tipo entrañable, cuando creo que su aspecto más característico era una manifiesta guerra contra los hombres (...) Era evidente que su enojo estaba alimentado por una incapacidad para empatizar con otros seres humanos”.
A José Carlos Llop (The Objective) no le han gustado las palabras de la escritora. “Hubo un tiempo en que faltando a los que no podían hablar ni defenderse –escribe en su artículo Pellizcos de monja– se faltaba a la educación y al civismo. Quien lo hacía quedaba retratado ante los demás. Que ahora no sea así debe de ser cuestión del desorden de ese mundo que se está acabando”.
Paula Corroto (El Confidencial) pregunta a Álvaro Tato cómo vencer el recelo del gran público hacia los clásicos. “Si tuviéramos que encontrar una analogía actual con el teatro de Lope, de Calderón, de Tirso, sería HBO en sus mejores años o Netflix con sus mejores guiones –responde el dramaturgo– (...) Yo creo que la cuestión es la forma de montarlo y la dramaturgia. El verso es la música del idioma y el teatro tiene que ser música.”
Elvira Lindo: “No reconocí a Marías en las palabras de esos amigos que lo describían como entrañable”
Y para clásico el debate sobre el controvertido término Reconquista. Dos autores de novela histórica dan su opinión a David Yagüe (20minutos). “El concepto de recuperar el territorio a los musulmanes está ahí –asegura Isabel San Sebastián–. ¿Es importante el término? No, lo es el significado y es innegable”. Por su parte, José Ángel Mañas también piensa que “el término es adecuado para describir un proyecto común (...) que tuvieron los reinos cristianos durante toda la Edad Media”.
P.S. Volviendo al cine, una opinión cualificada, la de Zhang Yimou. “Estamos en la era de los influencers, de modo que todo el mundo es ya en realidad un director, todos pueden grabar películas, producirlas, verlas –explica a Javier López Iglesias (Hoyesarte.com)–. El listón está muy bajo, pero al mismo tiempo que el nivel de esas películas es bajo o muy bajo, las buenas historias y películas cada vez son más difíciles de hacer. Por eso hoy en día, para que cualquier director pueda dominar a los demás, primero debe dominarse a sí mismo, y esto es un aprendizaje constante, la eterna lucha por el progreso y la mejora de nivel”.