¿Es el inglés mejor idioma que el español?
Todo topa con todo a la hora de hacer una prosa limpia. Escribir es una diversión, un compromiso, una dedicación, un todo.
Benjamin Labatut opina, como Borges, que “el inglés es un mejor idioma”. A diferencia del español,que “es menos limpio”. “¿Usted cree?”, pregunta sorprendida Rocío Montes (El País) al autor chileno. “Es una realidad –contesta–. Está infectado de otras muchas lenguas. Tiene una plasticidad mucho mayor”. “¿Mayor que el español?”, insiste la entrevistadora. “Muchísimo mayor. Y no tiene los problemas de las rimas –aclara–. Escribir prosa limpia es casi imposible en español, porque todo topa con todo. En MANIAC [su última obra, escrita en inglés], además, no puedo hacer un acento yiddish de un matemático húngaro en español. Ahora mismo estoy de muy mal ánimo [concluye por si no quedaba claro], porque todas mis ideas con respecto al libro están en inglés. Entonces, tengo que traducirlas en mi cabeza antes de decírselas".
Va a ser verdad lo que escribe Jorge Carrión en su columna de La Vanguardia titulada “El nuevo boom”. “Nadie lo vio venir: el nuevo boom de la literatura latinoamericana es de libros escritos en inglés”. El escritor catalán cita, además del caso de Labatut, los del argentino Hernán Díaz y la mexicana Valeria Luiselli, “autores perfectamente bilingües que han consolidado el fenómeno”. “Su proyección internacional, sus reseñas, premios y traducciones –añade– permitirían la creación de un fenómeno articulado.”
Uno de los grandes del primer boom, Mario Vargas Llosa, parece enviar un mensaje a los jóvenes. “La literatura me ha dado enormes satisfacciones y he conseguido dedicar mi vida a ella, algo que jamás pensé, cuando era joven, que sería posible –confiesa a Carlos Granés (La República)–. Es una actividad que ha ‘comido’ prácticamente toda mi existencia (...). A menudo digo que yo no conozco discotecas, porque cuando la gente iba a estas, yo me dedicaba a la literatura, y aunque eso parezca una mera anécdota, en cierta forma lo dice todo. Ha sido una pasión, una entrega total, mi disciplina, mi dedicación, mi diversión, mi compromiso, todo”.
“El inglés es un mejor idioma. El español es menos limpio”, Benjamin Labatut
Quien también parece estar de retirada es Don Winslow, pero para cambiar de actividad. “Son muchos malditos libros, demasiados. Es el momento de bajar del escenario –revela a Daniel Arjona (Zenda) el autor de Ciudad en ruinas, aún pendiente de publicar–. Pero luego hay algo más, algo que tiene que ver con los tiempos que estamos viviendo. Me he ido involucrando cada vez más en política, en contra de mi propio deseo, para frenar a Trump y a su movimiento fascista. Eso requiere mucho tiempo y energía y, sinceramente, no puedo conseguirlo escribiendo novelas”.
A la actriz Kiti Manver lo que le preocupan son los algoritmos. “El cine debería tener más apoyos todavía para que no todo sea ese cine de algoritmos que te dice lo que te tiene que gustar –revela la última Espiga de Oro de Valladolid a Alberto Sisí Sánchez (Vogue)–. Estas películas más pequeñas [Mamacruz, de Patricia Ortega] deberían tener salidas porque ayudan a romper barreras, tabúes mentales y físicos, de todo tipo (...) Echo de menos, y sé que el dinero es el que manda y quiere hacer más cine de acción, que se apueste por películas que llenen. Aunque al dinero le interesa que estemos vacíos”, matiza.
“Lo difícil tampoco tiene por qué ser aburrido”, opina Juan Gómez-Jurado entrevistado por Carlos H. Vázquez (GQ). “Muchas veces estoy trabajando con varios manuscritos abiertos al mismo tiempo para intentar relacionar cosas entre los libros –confiesa el autor superventas de la reciente Todo vuelve– (...) Hace tiempo que mis historias forman parte de un universo interconectado”.
“El nuevo boom de la literatura latinoamericana es de libros escritos en inglés”, Jorge Carrión
P. S. Andrés Neuman desvela a Belén Rico (Granada Hoy) el sentido de su nuevo libro, Isla con madre, la historia de un joven que cuida de su madre enferma. “Las experiencias más cruciales de nuestra vida las solemos vivir como si fueran únicas e incomunicables, imposibles de comprender por nuestro prójimo –aclara el escritor–. En cualquier sentimiento extremo creemos que estamos aislados, pero en realidad la propia isla está unida mediante el mar con otras con las que puede formar un archipiélago. Descubres que la vida de tu prójimo, el que parece que se lo está pasando bien, está también atravesada por esas experiencias de las que no hablamos apenas”.