El Gobierno portugués ha acordado la retirada de sedimentos del fondo de las albuferas del Tajo y la reducción de los vertidos de residuos que hace una empresa de celulosa para reducir la contaminación en el río.

El ministro de Medioambiente luso, João Matos Fernandes, anunció estas medidas en una rueda de prensa en Abrantes, a unos 140 kilómetros de Lisboa, tras una reunión de urgencia con diferentes entidades después de que apareciese una gruesa capa de espuma en las aguas del Tajo.

Por ello se han movilizado varios camiones para que retiren la espuma del río junto al embalse de Abrantes y se estudiará que cantidad de sedimentos acumulados en el fondo del río será necesario retirar.

Además, la empresa de celulosa Celtejo deberá reducir su actividad en un 50 % durante diez días, tras lo que se realizará un análisis de las aguas del río y, si los niveles de contaminación siguen siendo altos, se podría proceder a la "suspensión temporal" de la actividad de la compañía.

"No estamos atribuyendo ninguna responsabilidad directa a Celtejo", precisó el ministro, que señaló que "el Tajo ha cambiado y no soporta la carga orgánica que está recibiendo".

La Agencia Portuguesa del Medioambiente (APA por sus siglas en portugués) tomó muestras de las aguas y la espuma aparecida en el Tajo para identificar los elementos contaminantes y los resultados de los análisis serán conocidos el 5 de febrero.

Un activista del Movimiento por el Tajo (proTejo, en portugués) grabó el miércoles un vídeo junto al embalse de Abrantes en el que se aprecia una gruesa capa de espuma de cerca de medio metro que cubre las oscuras aguas del Tajo, que fue recogido por la gran mayoría de los medios portugueses.