Los "paseos táctiles", el último gran orgullo del Festival Internacional de Almagro
"Entrando por el lado izquierdo del escenario encontramos un banco de madera que está sujeto a una pared de falso mármol. Si tocas a esta altura notarás que hay una hendidura y que hay cuatro paneles hacia arriba, lo que suponen más de cuatro metros. Este módulo se mueve y a partir de aquí hay un callejón negro por el que entran y salen los actores".
Así empieza la visita que una treintena de personas invidentes -divididas en tres grupos- han realizado al Hospital de San Juan, un 'paseo táctil' en el que han podido tocar todos los elementos de la escenografía, así como el vestuario de cuatro grandes actrices para que, al comenzar la obra 'El Burlador de Sevilla', de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, dispusieran de toda la información posible, que se complementa con las audioguías diseñadas por Teatro Accesible.
"Teníamos adquirido el compromiso de trabajar por el teatro inclusivo y eso es ya una realidad", ha explicado a Europa Press el director del Festival de Almagro, Ignacio García, quien ha destacado que el objetivo de esta iniciativa es que todos los asistentes a las obras del certamen dramático lo puedan hacer en igualdad de condiciones. Dentro de esa filosofía se han atendido otras peticiones que le hicieron a García en su búsqueda por la inclusión, como la reserva de plazas más cercanas al escenario "para que las personas con resto de vista puedan apreciar formas y luces que desde atrás no podían".
Por su parte, uno de los asistentes más jóvenes a esta actividad, Javier Álvaro, que iba acompañado de su perro guía, ha puesto en valor esta iniciativa porque "se puede disfrutar mucho más de la obra, ya que te haces una idea completamente exacta del escenario y del vestuario, de forma que así es luego más fácil imaginarlo". En este sentido, ha señalado que la posibilidad de tocar lo que va a haber sobre el escenario durante la representación facilita entender la información que posteriormente reciben a través de la audiodescripción "porque hay cosas que es muy difícil entender sin tocarlas" y pone el ejemplo del vestido que ha lucido Mamen Camacho, basado en muchos aros concéntricos, rasos y pedrería. "No lo hubiera imaginado así", ha dicho.
Y es que el escenario les interesa durante la visita, si bien es el vestuario el que más llama su atención por lo que recorren con sus manos encajes, cintas y sombreros mientras las propias actrices se lo describen. "Lo primero que nos preguntan es por las texturas y el peso de los trajes, ya que eso condiciona mucho el movimiento", detalla a Europa Press una de las actrices, Elvira Cuadrupani, quien es Isabel en la función.
Además de preguntarles por el calor o los cambios de vestuario, la actriz Lara Grube -que interpreta a Aminta- reconoce que el hecho de tener que explicar su propia vestimenta hace que las actrices sean más conscientes de detalles que en principio les pasan desapercibidos. "Durante toda la función llevo llamando a mi sombrero de pirata cuando realmente es de capitán y es importante saberlo para explicarlo porque no es lo mismo", apunta a Europa Press.
Por su parte, Javier Jiménez, de Teatro Accesible, ha querido poner en valor el gran esfuerzo que se está haciendo este año desde el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, con su director a la cabeza, por lograr un teatro completamente inclusivo y que ha incluido tres visitas táctiles, dos en 'El burlador de Servilla' y otra en 'Lo fingido verdadero'. Jiménez ha detallado que la visita táctil les permite conocer los trucos de escenografía, las proporciones o la utilería, recordando que "este es el año que se han hecho más esfuerzos desde el Festival de Almagro para que sea más accesible que nunca y para Teatro Accesible es un orgullo porque queremos trabajar con todos los teatros para que esa accesibilidad sea una realidad".