Mar Gómez, la meteoróloga de la tele: "Avanzo que va a llover y me dejo la ropa tendida fuera por la noche"
Se define como física y meteoróloga. Sin embargo, y por encima de todo, quería ser astronauta, pero quedó atrapada entre los vientos racheados y las tormentas.
25 agosto, 2023 14:09Ella quería ser astronauta como Sara García Alonso, a la que sigue, admira y apoya, pero los vientos, las tormentas, el cambio climático y en general, dar respuesta a preguntas existenciales a través de la meteorología, le hizo cambiar de rumbo.
Hablamos con Mar Gómez, responsable del área de meteorología del portal eltiempo.es, divulgadora científica en redes sociales, colaboradora habitual en medios y además, ha sido presentadora del tiempo en varias cadenas de televisión.
“Suelo definirme como física y meteoróloga porque realmente es a lo que me dedico, es mi profesión, la predicción del tiempo”, asegura, mientras nos confiesa su auténtica pasión desde siempre: la Astrofísica.
“Lo más curioso de la Física es que te responde a preguntas de la actividad cotidiana. La verdad es que yo me inicié en esto porque quería estudiar Astrofísica, y mi sueño de toda la vida ha sido ser astronauta”, confirma la experta.
Y añade: “Quería dedicarme a la Astrofísica e intentar responder a muchas cuestiones existenciales que nos hacemos: de dónde venimos, hacia dónde vamos, qué hay ahí fuera, si estamos solos en el universo… Al final no me decanté por esa especialidad, aunque continúo trabajando, investigando, leyendo, porque me gusta muchísimo”.
“Una cosa curiosa de la Física aplicada a la meteorología que la gente no sabe, es que realmente es más fácil de lo que parece. Lleva una base de Matemáticas muy fuerte detrás, pero al final, las aplicaciones prácticas son más sencillas de lo que realmente creemos, que es una de las cosas que más me sorprendieron de esta profesión”, confirma.
Hemos padecido diversas olas de calor este verano, ¿cómo son de diferentes éstas con respecto a las anteriores, y cómo aconsejas que nos protejamos?
Las olas de calor que estamos viviendo son de las más intensas del verano y lógicamente estamos teniendo temperaturas muy elevadas, que están siendo más de 40 grados en la mayor parte de España. Antes estábamos habituados a superar los 40 en zonas del sur, pero ahora también lo vemos en zonas del norte. Así que bueno, podemos decir que gran parte de la población se está viendo afectada por el calor, y aquí hay que tener en cuenta dos cosas importantes: lo primero, a los grupos más vulnerables que son los niños pequeños y las personas mayores, los más propensos a sufrir los efectos del calor.
¿Cosas que podemos hacer contra el calor? Una norma que siempre hay que cumplir y que a veces no se cumple porque que yo veo mucha gente haciendo deporte a horas a las que no debieran hacerlo, es quedarse en casa durante las horas centrales del día, que son entre las 12 del mediodía y las seis de la tarde. Parece que hasta ahora las horas centrales eran sólo hasta las 12 o hasta la una, y no es así. Hasta las seis de la tarde como mínimo, las temperaturas pueden ser muy, muy altas, son las franjas en las que hay más peligro.
¿Qué más podemos hacer?
Por supuesto, hay que hidratarse muy bien, que también parece otra obviedad, pero en general, no solemos hacerlo. No hay que esperar a tener sed, sino beber agua. A veces la gente toma refrescos o similar, que no hidratan. Otras cosas que podemos hacer son evitar las comidas muy copiosas, mejor alimentarse de frutas y verduras... No tomar alcohol, si podemos evitarlo y reducir la actividad física en el exterior.
En cuanto a la ropa, hay que vestirse con tejidos naturales como el algodón, con colores claros y protegernos la vista con las gafas de sol que es algo que la gente no tiene en cuenta, porque la radiación solar no solo afecta la piel, sino también a nuestras retinas. Y un método para lograr enfriar un poco la casa es bajar muchísimo las persianas de las ventanas durante el día y abrirlas por la noche. Son cosas obvias, pero que se nos olvidan cuando llegan estas temperaturas tan extremas.
¿Con cuánta antelación se puede predecir una ola de calor?
En los casos de olas de calor que tenemos muy claras, cinco o seis días antes podemos intuir que se va a dar un episodio de altas temperaturas. Las olas de calor tienen una cosa y es que normalmente se confirman a posteriori, salvo que sean muy evidentes. ¿Por qué? Porque lo que requieren es que se superen las temperaturas por encima de un determinado umbral en la mayor parte de España durante tres días consecutivos.
Entonces tenemos que tener muy claro que durante tres días se van a superar las previsiones. Pero bueno, son unos fenómenos que en meteorología son más fáciles, por así decirlo, de predecir, que por ejemplo, las tormentas o las DANAS que nos suelen dejar lluvias torrenciales o inundaciones que requieren un pronóstico más en el corto plazo.
¿Filomena fue difícil de predecir?
Filomena fue un caso muy diferente porque no fue una DANA. Teníamos una borrasca muy potente y se dio con una semana de antelación. Entonces, en ese caso es diferente, porque hay una situación muy invernal, muy característica, y es diferente a las tormentas primaverales u otoñales, que son realmente las más difíciles porque son muy locales. A lo mejor afectan a un pueblo, pero en el de al lado no pasa absolutamente nada.
¿Cabe alguna posibilidad de error en la meteorología?
Pues desafortunadamente sí, y por eso siempre nos riñen, porque la meteorología no es una ciencia exacta, aunque ha avanzado muchísimo. Esto básicamente es porque la atmósfera es un sistema caótico y se rige por unas ecuaciones que no tienen una solución exacta, y siempre hay un rango de error que se propaga en el tiempo. Es decir, que a medida que avanzamos en el número de días ese error va aumentando.
Por eso, los pronósticos meteorológicos son menos fiables cuantos más días pasan. Desde hace ya 40 años aproximadamente, la tecnología nos ha brindado su apoyo y todo su desarrollo, para que las predicciones meteorológicas tengan un porcentaje de acierto muy elevado. Pero aun así, es la naturaleza, y hay un cierto rango de error en el que se pueden dar situaciones sobre todo a escala muy local. Es muy difícil que ahora mismo las predicciones puedan confundirse con la llegada de una ola de calor, con una tormenta o con una borrasca generalizadas.
¿Qué le hemos hecho y qué le estamos haciendo al planeta para que nos responda así?
Contaminarlo muchísimo. Desde la Revolución Industrial empezamos a emitir muchas cantidades de combustibles fósiles, de gases de efecto invernadero a nuestra atmósfera. Y hay que decir que el efecto invernadero de forma natural es positivo para nuestro planeta porque permite que la vida exista tal y como la conocemos.
Esos gases de efecto invernadero lo que hacen es retener el calor para que la temperatura sea óptima para la vida. Pero si incrementamos esos gases en muchísima cantidad retienen más calor y por lo tanto, aumenta aún más la temperatura del planeta.
Y eso hemos hecho. Ahora parece que se están poniendo algunos medios, pero vamos muy mal con todos los objetivos que se habían fijado. La realidad es que aunque parásemos ahora mismo de emitir, realmente nuestra atmósfera seguiría sintiendo sus efectos durante varias décadas más. Así que es verdad que hay que parar de emitir contaminantes, pero los efectos los vamos a seguir sintiendo.
Escribiste el libro Meteorosensibles (Península, 2023), ¿cada vez seremos más meteorosensibles?
Posiblemente sí, es verdad que nos estamos adaptando, pero nos adaptamos a un ritmo mucho más lento que el ritmo de calentamiento del planeta. Entonces es posible que aparezcan muchas más meteorosensibilidades en los próximos años, sobre todo, también a nivel mental.
Ya empiezan a aparecer esos síntomas como ecoansiedad, solastalgia, que es como la nostalgia pero sobre el paisaje que estamos perdiendo y el planeta que estamos perdiendo. Aparecerán también otros problemas, porque ahora mismo, con las situaciones climáticas que estamos teniendo, muchas personas se tienen que desplazar a otra regiones en esas migraciones climáticas, y esto tiene un impacto directo en la salud física y mental de las personas que con el paso de los años es muy probable que nos enfrentemos a nuevos desafíos tanto físicos como mentales porque el clima está cambiando.
Los trópicos se están expandiendo y regiones que antes no lo eran se están tropicalizando. Por ejemplo, la región del mediterráneo este verano está habiendo temperaturas en el agua del mar tropicales, de casi 30 grados.
Todo eso tiene un impacto en los ecosistemas, pero también tiene un impacto en las personas. Así que es probable que seamos más meteorosensibles y que seamos más sensibles a los eventos extremos que vienen de la mano del cambio climático.
En tu caso, ¿eres meteorosensible?
Sí. Yo siempre he tenido la sensación de que en determinadas estaciones del año el estado anímico se ve afectado, como puede ser en el otoño, cuando se reduce la luz solar, pero casi más en la primavera, cuando llega la Astemia, los contrastes térmicos fuertes, el viento es uno de los factores que más me molesta o más incomoda me hace sentir, al que le dedico un capítulo en el libro y allí hablo precisamente de esos vientos cálidos, racheados que provocan que al final tengamos dolores de cabeza, cefalea e insomnio, o incluso nos encontremos más apáticos, más irritados, más enfadados.
Y ahora que estamos en una ola de calor extremo, a nivel mental no me afecta, pero a nivel físico sí, con problemas dermatológicos, irritaciones, náuseas, mareos, etc.
¿Por eso decidiste escribir el libro?
La propuesta vino de la mano de mi editor porque previamente yo había escrito un artículo sobre esto, pero realmente la idea vino de él y me dijo que esto podríamos ampliarlo porque le interesaba a muchísima gente y se van a sentir identificados.
¿La meteorosensibilidad es más prevalente en mujeres?
Sí, normalmente mujeres y sobre todo, en edad avanzada. Por un factor hormonal en las mujeres y en el caso de las personas de edad avanzada porque es más probable que tengan más patologías, más enfermedades. Una persona mayor que tenga artritis reumatoide posiblemente sea más meteorosensible que una persona más joven que no la tenga. Aunque se da en todo tipo de personas.
En España este cambio climático empeorará nuestro confort climático en los próximos años, ¿en qué se traducirá?
España es uno de los países más afectados por el cambio climático de la Unión Europea. Y ya estamos viendo como el calor se está intensificando cada vez más. Una de las cosas que yo suelo escuchar siempre y comparte, la comunidad más negacionista es bueno, es verano y siempre ha hecho calor y efectivamente en verano siempre hace calor. Pero es que ahora hace más calor que el que hacía hace 30 años. Entonces ahora tenemos más olas de calor, más intensas, más largas, más severas, más noches tropicales, y noches ecuatoriales que son las que superan los 25 grados de mínima, que eso significa que a medianoche puedes tener 33-34 grados fácilmente.
Tenemos más eventos meteorológicos extremos en España, que antes se llamaba gota fría y ocurría al final de verano. Están más presentes en otros momentos del año y cuando llegan al final del verano, como el Mediterráneo está tan caliente, es como una olla a presión y las tormentas son más severas. Así que son algunas de las cosas que estamos viendo. Por ejemplo, España atraviesa una sequía muy grave desde hace varios años. La sequía es un fenómeno recurrente en nuestro país y siempre han pasado, pero ahora las vemos más intensas. Podemos decir que cosas que han pasado siempre, ahora lo que ocurre es que se intensifican más y son más llamativas.
Y esto se traduce en menores cosechas, etc.
Afecta a los alimentos muchísimo, porque si tienes una tormenta de granizo severa, muy destructiva, y va a afectar a la agricultura. Si no tienes agua para regadío, va a afectar a agricultura. Las temperaturas extremas también afectan la agricultura y a la ganadería. Es decir, como el cambio está siendo tan grande en tan poco tiempo no está dando tiempo a esa adaptación, ni tampoco nosotros hemos puesto medios, los seres humanos, con la suficiente antelación como para detenerlo. No nos ha interesado porque saberlo lo sabíamos. Entonces esto tiene impacto en los alimentos, impacto en la salud de las personas, en todo lo que nos rodea.
He leído que decías que hay relación entre las pandemias, los nuevos virus y el calentamiento global.
Sí, hay un concepto que se llama permafrost, que es la capa de terreno permanentemente congelada que está bajo el suelo que pisamos en las zonas más frías del planeta. El permafrost puede llevar milenios congelado y claro, dentro de ese permafrost hay de todo. Desde animales extintos, hasta algunos virus. Virus que a lo mejor convivieron por ejemplo, con los últimos neandertales; han encontrado trazas de la gripe española en cadáveres que no se han descompuesto en el permafrost.
Es verdad que los científicos dijeron en su momento que no había riesgo de infección, pero claro, en estos casos no sabemos que otros virus puede haber. El permafrost es como una Caja de Pandora congelada que tiene muchísimas cosas, entre ellas billones de toneladas de carbón orgánico que cuando se liberen a la atmósfera elevan aún más el calentamiento global.
El calor es el cambio climático que más efectos tiene sobre el comportamiento humano, dices que puede tener relación hasta con la violencia de género.
En general, el calor hace que estemos más irritados, enfadados e incluso más violentos. Obviamente, no quiere decir que el calor mate, pero sí que puede ser como un ingrediente más para que una persona que ya es violenta, que es agresiva de por sí, tenga un mecanismo de disparo o un acelerador, por así decirlo.
Y efectivamente, la Comunidad de Madrid hizo un estudio sobre cómo impactaban los feminicidios con las olas de calor. Y lo que se vio es que por cada grado que aumentaba la temperatura por encima de 34 grados, los feminicidios aumentaban en un 29% con respecto a la media que es muchísimo.
Luego también vio cómo en el marco de la ola de calor, aumentaban las llamadas al teléfono de atención al maltrato, es decir, que se dieron una serie de patrones, como digo, la violencia de género no es consecuencia directa del calor, pero sí que es un factor que influye en ese aumento de violencia junto a otras causas.
¿Qué relación existe entre la meteorología y las tasas de suicidio?
Con el calor existe relación, pero sobre todo, con el viento que se produce en zonas montañosas bajo un efecto que se llama foehn. En las zonas montañosas, por ejemplo, como los Alpes, cuando llegan las masas de aire, se encuentran con las montañas, es un obstáculo y tienen que sortearlo. Entonces, ascienden por la ladera de la montaña, y en ese ascenso suelen dar lugar a lluvia en ese lado de la montaña, pero cuando desciendan por el otro lado lo hacen de forma muy rápida, de tal forma que la temperatura de esa masa de aire se incrementa muy rápido y además generan viento a ese lado de la montaña muy racheado, muy seco y muy caliente.
Ese viento foehn está relacionado con un incremento de las tasas de suicidio en los lugares en los que sopla. A veces, cuando utilizamos expresiones como: ¡Le ha dado una ventolera! pues realmente tienen su fundamento. Y es que ciertos vientos pueden hacer que nos sintamos peor, igualmente no justifica el suicidio, sino que puede ser un extra para que esas personas que ya lo tenían en mente, lo terminen haciendo.
Como espectadora, ¿sigues a otros meteorólogos de la tele?
Los sigo a todos. Con Mario Picazo he trabajado y sigo colaborando con él. Casi todos nos seguimos para ver las informaciones que publicamos y demás. Sigo a muchos divulgadores nacionales e internacionales que no sólo hablan de cambio climático, sino que hablan de Ciencia general, de Astrofísica, de Astronomía, de investigaciones científicas, de Historia. Creo que todo está muy relacionado y entre unos y otros nos podemos ayudar.
Ahora mismo sigo mucho a nuestra astronauta, Sara García Alonso, que creo que va a ser un buen referente femenino para las próximas generaciones, También a Pablo, por supuesto.
¿Qué haces tú para saber si tienes que abrigarte o coger el paraguas?
‘En casa del herrero cuchillo de palo’... Yo soy de las que dejo la ropa tendida fuera por la noche y llueve. Normalmente, como tengo el pronóstico hecho del día anterior, pues ya sé si va a hacer frío o calor, pero soy muy despistada... Preparo la maleta de mi hija para que se lleve la ropa adecuada, también se lo digo a mi marido que se lleve la chaqueta, y luego la que no se lleva ropa adecuada soy yo. El pronóstico lo tengo en la cabeza, pero luego me lo aplicó poco.
No podemos evitar preguntar a la meteoróloga de la tele por la previsión del día siguiente...
Empezarán a bajar las temperaturas, pero no significa que no vaya a hacer calor. Ahora mismo estamos hablando que en Madrid, tenemos aviso rojo. En el sur podemos llegar a los 44 grados. La semana que viene hablamos de 35, sigue siendo calor, pero no tanto...