Se trata de un acto protocolario. La presencia del rey, Felipe VI, y del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, espesan las medidas de seguridad, hacen más rígido el protocolo, obligan a los invitados a llegar antes, a los periodistas a acreditarse con más antelación. Será este viernes a por la noche, en Tarragona, en la inauguración de los Juegos del Mediterráneo en Tarragona.
Quim Torra, el president de la Generalitat, no ha aclarado si va a asistir o seguirá con su boicot al rey que le ha llevado a escribirle para plantear una negociación política que Felipe VI no podría nunca iniciar, al estar toda iniciativa de ese tipo reservada constitucionalmente al Ejecutivo central.
Torra viajó a Berlín este jueves para verse con el expresident Carles Puigdemont un día antes de su trascendental decisión que ha creado todo un debate público en Cataluña, promovido por el independentismo, y dijo a la prensa que este viernes anunciaría su decisión, manteniendo el suspense hasta el último minuto.
Resignación e indiferencia en Madrid
Su indecisión es vista con resignación y hasta con indiferencia desde Madrid. "Si quiere ir, que vaya. Si no, que no vaya. No debería creerse tan importante en un acto al que van el rey y presidente del Gobierno", explica un dirigente del PSOE.
Fuentes de Moncloa confían en que Torra aparezca porque eso sería lo normal. "Entendemos que el acto de mañana reflejará la normalidad institucional que desea el Gobierno de Pedro Sanchez", explica.
La delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, cree que Torra "no puede dejar de lado" el espíritu de los Juegos. Los Juegos, que empiezan este viernes y terminan el 1 de julio, reunirán a atletas de países enfrentados, que sufren "odio, represión y menosprecio", pero que deberían encontrar en Tarragona "gobiernos comprometidos", pidió Cunillera, según informa EFE.
"Les ayudaremos a que el Mediterráneo vuelva a ser el mar donde circule la cultura, el acuerdo y la reconciliación: es un deseo compartido y estoy segura de que el viernes todos estaremos", ha dicho Cunillera.
"El rey no es bienvenido"
Los partidos independentistas han encontrado en un acto protocolario con el rey una justificación idónea para generar una semana de declaraciones, advertencias y debates que no trascienden demasiado el propio perímetro de los partidarios de la autodeterminación. Por una parte, piden diálogo y aseguran estar dispuestos a reunirse con todos, pero por otra, hacen exigencias que el rey jamás podría cumplir y se plantean plantar a Sánchez en el primer acto en el que éste y Torra iban a coincidir.
"Institucionalmente, el rey del 3-O [el día en el que pronunció un discurso como reacción al referéndum del 1 de octubre] no puede ser bienvenido en Cataluña", dijo por su parte Puigdemont en una entrevista, en Alemania tras huir de la Justicia española y a la espera de saber si es o no entregado a España.
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