Uno de los soldados muertos en el lago de Cerro Muriano.

Uno de los soldados muertos en el lago de Cerro Muriano. EE Sevilla

España FUERZAS ARMADAS

El juez, sobre el capitán de Cerro Muriano: "Faltó el más elemental deber exigible a quien manda"

El magistrado habla de la "inexistencia absoluta de medidas de seguridad", de "improvisación y de desorden" en una tragedia que pudo ser mayor.

30 julio, 2024 02:12
Brais Cedeira Inma León

El caso de Cerro Muriano se ha convertido en una de las mayores tragedias de los últimos años en el seno de las Fuerzas Armadas. Así queda reflejado en el auto con el que el juez Togado Militar Central Nº2 ha citado como investigados a seis mandos de la Brigada Guzmán el Bueno X del Ejército de Tierra, a los que responsabiliza en distintos grados de un ejercicio en el que fallecieron dos soldados pero en el que pudieron fallecer cinco o seis más.

En el auto de procesamiento, el juez militar emplea duros términos para referirse a la "temeridad y negligencia del capitán Zúñiga", responsable directo de la maniobra mortal, "al planificar y ejecutar la práctica, sin ninguna de las medidas de seguridad, con personal que carecía de instrucción, inexpertos y con unas condiciones de frío en el agua que hacían de esta práctica un peligroso desafío, incluso para nadadores expertos".

El juez, tras recabar testimonios, ordenar pruebas periciales y reconstruir los hechos, cree que la conducta del capitán "es reprochable, dado que el resultado era previsible y evitable. Como responsable de la práctica debió haber velado por la integridad de los componentes de la compañía PBI".

Todos los testigos de lo que se vivió la mañana del 21 de diciembre de 2023 en el lago de Cerro Muriano coinciden, y así lo refleja el juez, en que el frío del agua fue determinante para "producir muchas dificultades en la psicomotricidad, y como se encontraron ateridos y entumecidos, con dificultades incluso para respirar". 

Aquel día nada salió bien. De tal forma que el capitán Zúñiga y los mandos a los que ahora se imputa como presuntos responsables de la tragedia no estuvieron a la altura: "Faltó el más elemental deber de cuidado que se puede exigir a quién se encuentra al mando y organización de un ejercicio de instrucción. No hubo una mínima valoración del riesgo".

Tampoco, señala el juez, "se demostró la mínima pericia profesional, ya que quedó de manifiesto el desconocimiento absoluto de la situación planificada, desconocimiento de los materiales y del procedimiento a realizar".

La "falta de rigor y seriedad al planificar la actividad se desprende de lo manifestado por algunos testigos". A estos el capitán "les ofreció como desafío el cruce del pantano". Con otro ironizó en horas previas a los hechos sobre "si no sería necesario meterse para hacer un rescate". 

Lugar donde estaba instalada la cuerda sobre el lago.

Lugar donde estaba instalada la cuerda sobre el lago.

Tal y como adelantó EL ESPAÑOL, la cuerda que el capitán decidió extender de un lado a otro del agua, atravesando la parte más profunda, "no era apta para la función pretendida en el ejercicio".

El juez ha acreditado en su investigación que las características de esta cuerda no servían para salvar a los militares en caso de tragedia, como sucedió. "Una cuerda dinámica de nueve milímetros de grosor, únicamente podría servir como guía o arrastre. Su uso para emergencia dando auxilio a la flotabilidad solamente sería posible con un único usuario de la cuerda, como mucho dos".

"No había ninguna experiencia previa de ejercicio similar en las condiciones de frío concurrentes. No hubo ninguna práctica, ni reconocimiento previo que permitiesen valorar las dificultades reales del ejercicio, los problemas y vicisitudes que se podrían plantear", señala el juez.

"Inexistencia de seguridad"

Y eso no es solo responsabilidad del capitán Zúñiga, sino también de los mandos al tanto de los planes de instrucción que dieron visto bueno a un ejercicio de condiciones tan peligrosas para los reclutas.

El magistrado habla literalmente de la "inexistencia absoluta de medidas de seguridad", de "improvisación y de desorden".

Aquella mañana, según revela el sumario, pudieron morir otros cinco soldados bien por hipotermia, bien ahogados bajo el agua. Sin embargo, la intervención de sus compañeros resultó fundamental y propició que la tragedia en la que fallecieron el cabo Miguel Ángel Jiménez y el soldado León Rico no fuera de una magnitud incluso mayor. 

Por supuesto, la intervención de estos soldados en el momento decisivo para rescatar a sus compañeros "fue ajena a la previsión efectuada por el capitán Zúñiga". 

El juez sitúa a Zúñiga como principal responsable, al ser el "organizador y mando decisor del ejercicio a realizar, al planificar el mismo sin hacer una valoración de los riesgos" y porque estuvo "al mando del ejercicio" sin adoptar "ninguna decisión que pudiera minorar los resultados de su conducta negligente".

Junto a él resultan responsables el teniente Tato, el Sargento Castroviejo y "de forma omisiva el teniente coronel Zanfaño y el comandante Velasco.

Además, el juez procesa también al coronel Navarro como presunto autor de un delito de incumplimiento de los deberes inherentes al mando.

Se trata de dos delitos, uno por cada fallecido, consumados en el capítulo de 'Delitos contra los deberes del servicio' dentro del Código Penal Militar, y de otros dos más en grado de tentativa. En este caso, se refiere a los otros dos militares que tuvieron que ser atendidos por hipotermia tras salir del agua y que estuvieron a punto de perder la vida.

Abogado de las víctimas

El abogado defensor del soldado León, Luis Romero, ha acogido con notable satisfacción el auto de procesamiento. No obstante, lo va a recurrir para solicitar nuevas diligencias de investigación.

También solicitará una investigación a fondo al Ministerio de Defensa, al Congreso y al Senado sobre la Base Militar de Cerro Muriano porque, a juicio, "se intenta poner de ejemplo como base modélica ante toda Europa" y cree que no es así.

No obstante, alaba la decisión del juez. "Nos da la razón en todo lo que mantuvimos desde el principio respecto a la grave negligencia, descontrol y falta de organización y de las medidas de seguridad más elementales".

A su juicio, aunque los principales responsables son el capitán Zúñiga y el teniente Tato, no puede olvidarse al sargento Castroviejo ni tampoco la responsabilidad en la supervisión y control de los militares jefes, como son el coronel Navarro, el teniente coronel Zanfaño y el comandante Velasco.

Todos ellos han sido procesados aunque durante sus respectivas declaraciones intentaron pasarse "la responsabilidad unos a otros".

Para el abogado, desgraciadamente, este accidente ha dejado al descubierto que en el Ejército de Tierra situaciones similares como esta pueden ocurrir de nuevo. Sobre todo debido a los recortes del Ministerio de Defensa, que se unen a "la falta de cuidado y supervisión de oficiales y jefes".