La sustitución de Nadia Calviño, gran incógnita del Gobierno con peso político que ultima Sánchez
Teresa Ribera, María Jesús Montero y Félix Bolaños, podrían ganar peso en el nuevo Ejecutivo, con una nueva estructura.
13 noviembre, 2023 02:49El Gobierno que tome posesión al final de la semana, tras la investidura, únicamente está por el momento en la cabeza de Pedro Sánchez. Sólo hay cábalas de dirigentes del PSOE y de miembros del actual Gobierno en funciones, según algunos indicios o gestos del líder socialista.
La idea más extendida entre ellos es que Sánchez querrá iniciar la legislatura dando muestra, precisamente, de que abre una nueva etapa, con nuevas caras y nueva estructura, más reducida. Se trataría de remarcar la novedad, cambiar la agenda política tras el costoso pacto y reforzar los perfiles políticos para hacer frente a una legislatura que será complicada para el PSOE.
Además, las fuentes consultadas aseguran que el líder socialista dio muestras en el final de la anterior legislatura y en la campaña electoral de julio de necesitar mensajes políticos mucho más potentes.
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Se da por hecho el peso en ese Gobierno de Teresa Ribera, por su afinidad y relación con Sánchez, y de Félix Bolaños y María Jesús Montero por su intenso trabajo en la negociación de los acuerdos de investidura y legislatura.
En el diseño de ese equipo hay una clave sobre la que se mantienen las dudas: la continuidad de la vicepresidenta primera y responsable de Economía, Nadia Calviño.
Está aún pendiente la elección de la nueva presidenta del BEI (Banco Europeo de Inversiones), cargo al que aspira Calviño. Esa designación, inicialmente prevista para septiembre, aún no se ha producido y volverá a estudiarse a principios de diciembre.
El 1 de enero cesa el presidente actual del BEI y compiten Calviño y la danesa Margrethe Vestager. La vicepresidenta tiene de momento más votos que apoyo de accionistas, aunque este viernes logró un importante espaldarazo, porque el canciller alemán, Olaf Scholz, ha garantizado a Pedro Sánchez el apoyo de Alemania a Calviño.
Fuentes de la Moncloa admiten la dificultad para que la elegida sea Calviño, pero aseguran que no han renunciado y, de hecho, han reforzado las gestiones diplomáticas para un nombramiento que es posible que no se produzca antes del mes de enero.
Dentro de la dirección del PSOE y del Gobierno se da por hecha la voluntad de Calviño de salir del Ejecutivo, incluso antes de resolverse la candidatura del BEI. El dilema del presidente es si la mantiene como vicepresidenta económica a la espera de la decisión sobre el BEI o si sale ya del Ejecutivo a la espera de ese posible destino.
En todo caso, Sánchez necesitará una figura potente para hacerse cargo de la economía con prestigio en el mundo empresarial y, especialmente, en Europa.
Si se produjera la sustitución, la lista de posibles sustitutos no van más allá de especulaciones de dirigentes socialistas e incluyen al ministro Luis Planas. el secretario de Estado Manuel de la Rocha o exaltos cargos socialistas como David Vegara o José Manuel Campa, entre otros. José Luis Escrivá carece de apoyo en el partido y en una parte notable del Gobierno y ni siquiera parece clara su continuidad en el nuevo ejecutivo.
No obstante, fuentes socialistas recuerdan que la elección de Calviño como vicepresidenta económica tras la moción de censura en 2018 fue una sorpresa, por tratarse de alguien ajeno hasta entonces a la politica española. Ahora podría ocurrir algo similar.
La apuesta de dirigentes socialistas es que Teresa Ribera, actual vicepresidenta tercera, continúe en el Gobierno y con notable peso. Es conocida su afinidad y buena relación con Sánchez y ha "acumulado puntos" como consecuencia de sus gestiones exitosas en Europa, especialmente, las relacionadas con la energía y el mercado eléctrico.
Una de las opciones que manejan en el Gobierno y en el PSOE es la posibilidad de que Ribera, que ha ganado mucho peso político en los últimos meses, pueda ser cabeza de lista de los socialistas en las elecciones europeas del mes de mayo. Podría ser un impulso para ser elegida luego comisaria europea.
Para entonces se renueva la Comisión Europea y el presidente del Gobierno tiene especial interés en lograr que España tenga peso, como reconocimiento a su compromiso en los últimos años con la UE. No le favorece la composición ideológica conservadora en Europa, pero sí el hecho de que en el anterior reparto a España le fue muy mal.
Montero y Bolaños
Otra de las opciones que se baraja es que la actual ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, se convierta en vicepresidenta política. Sería coherente con la ausencia de esa figura en el actual Gobierno, con el hecho de que ya sea número dos del partido y con su papel imprescindible en las negociaciones para lograr la investidura.
El otro negociador, Félix Bolaños, también encajaría en esa función porque se considera un colaborador insustituible en el entorno de Sánchez y, de hecho, actúa casi como un vicepresidente político, con control en las relaciones con los socios parlamentarios, con los que ha negociado en los últimos años. Ejerce también como portavoz eficaz en momentos delicados como los días posteriores a la firma de los acuerdos con los independentistas.
Otra de las opciones sería que pasara a Justicia, precisamente para gestionar la aplicación de acuerdos de investidura como la ley de amnistía que ha pactado y la resolución del bloqueo del Consejo General del Poder Judicial, que ya negoció en varias ocasiones, entre otras tareas. Justicia sería compatible con mantener las competencias de Memoria democrática. Y hasta con la Portavocía del Gobierno.
En esas quinielas aparece como fijo José Manuel Albares, ministro de Exteriores. Sánchez confía en él en un área que cuida especialmente el presidente. Por ejemplo respecto al giro con Marruecos o la gestión en Bruselas por el reconocimiento de las lenguas cooficiales en la UE.
Hay dos ministros que llevan en sus cargos apenas unos meses: Héctor Gómez y José Manuel Miñones. El primero llegó a Industria, tras ser apartado del cargo de portavoz del Grupo Socialista que ejerció con eficacia. Y Miñones a Sanidad cono conocimiento de la materia. Sectores de Sumar agitaron la opción de proponer a Mónica García, líder de Más Madrid en la Comunidad, para Sanidad.
Hay nombres en boca de todos de posibles ministros socialistas que darían perfil político al Ejecutivo, como Óscar López, Óscar Puente o Antonio Hernando. De este último se habla como posible ministro del Interior, en sustitución del muy quemado Fernando Grande-Marlaska.
Tampoco parece haber duda de que el PSOE rescatará la competencia de Igualdad y para ello las quinielas apuntan a Pilar Alegría, Hana Jallul o Gabriela Bravo, entre otras. Sánchez necesita recuperar esa bandera, tras el desgaste del Gobierno en la anterior legislatura sobre Igualdad, según él mismo admitió.
Respecto a la cuota de Sumar, fuentes de esta formación aseguran que el acuerdo con el PSOE para el Gobierno de coalición hace hincapié en asuntos de Trabajo y medioambiente y eso puede dar idea de los ministerios que pretenden ocupar.
Por eso, es probable que Yolanda Díaz siga como vicepresidenta y ministra de Trabajo. Y Sumar ha pugnado por tener competencias sobre "economía verde".
La consigna en Sumar es que no aceptarán "convertir direcciones generales en ministerios", es decir, que se repita la situación de un Ministerio de Consumo con competencias limitadas. Por eso, podría reducir la cuota de cinco ministerios y se barajan nombres como Nacho Álvarez (negociador en todas las negociaciones y que formalmente pertenece aun a Podemos) o Ernest Urtasun. Este último, no obstante, es muy posible que quede como portavoz de Sumar.
Fuentes socialistas explican también que cuando haya Gobierno se renovará el cargo de portavoz parlamentario que hoy ocupa Patxi López.