Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, a su llegada a un acto en la sede del CSIC.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, a su llegada a un acto en la sede del CSIC. Efe

Política UNIÓN EUROPEA

Sánchez acelera con el PPE la negociación de cargos en Bruselas para "evitar una UE presidida por Orban"

Ordena intensificar los contactos con los populares, que han logrado contener la ola ultraderechista en la Eurocámara gracias a la subida del PP español.

23 junio, 2024 02:13

El Partido Popular Europeo (PPE) se siente fuerte, y con razón, tras las elecciones del 9-J. Y está apretando en el reparto de cargos en la UE, con una posición de máximos que ha sorprendido a los negociadores de la Alianza de Socialistas y Demócratas (S&D).

 Pedro Sánchez y el canciller alemán, Olaf Scholz, son los elegidos para la labor, y el español ha ordenado a su equipo en Bruselas que acelere la negociación con los populares para "evitar una Unión Europea en manos de Viktor Orbán".

Mientras en España Sánchez lanza todo su argumentario contra Alberto Núñez Feijóo, incluyéndolo en el engranaje de "la máquina del fango", calificándolo como una de las cabezas de "la hidra ultraderechista", junto a Santiago Abascal y Alvise... en Bruselas trata de seducir al PP.

Los sherpas del Ejecutivo español han recibido la orden de acelerar los contactos, para cerrar una negociación que parecía sencilla, y que ha encallado. "La cosa no va tan bien como esperábamos", reconoce una fuente del entorno de Sánchez. Y no es fácil el equilibrio entre calificar de "ultraderechista" a Feijóo y tratar de pactar con el PPE contra la "ultraderecha de Orbán".

Si no hay acuerdo inminente para la presidencia del Consejo, los Tratados indican que el mando pasa al gobernante del país que ocupa la presidencia de turno de la Unión. Y a partir del 1 de julio, esa responsabilidad recae sobre Hungría, cuyo lema elegido para el semestre recuerda en todo al del populista expresidente (y candidato de nuevo) Donald Trump: "Make Europe Great Again" (hacer de nuevo grande a Europa).

Lo previsto

Si la próxima semana, en la cumbre del Consejo Europeo, no se cierra un pacto definitivo de reparto, la posición de Sánchez quedará muy debilitada. El PSOE es, por número de eurodiputados, la mayor delegación dentro de S&D, y el español es el primer ministro en ejercicio que mejor resultado ha sacado en las urnas, además del único líder socialista al que las urnas no le ha hecho perder peso real en la Unión.

De inicio, todo estaba claro, o eso parecía.

Ursula von der Leyen ya ha ofrecido una coalición a socialistas y liberales (Renew) y, con toda probabilidad, repetirá como presidenta de la Comisión. Y la semana pasada, antes de la cumbre informal de toma de contacto, escenificó una buena relación con el líder popular español, que necesita imperiosamente.

La política alemana precisa del apoyo de S&D y Renew para renovar, pero mucho antes debe asegurar el voto (secreto) de los eurodiputados del PP español. Y Feijóo ya le dejó claro hace meses que el apoyo de sus 22 escaños depende de que ella someta a un "estrecho escrutinio" a Sánchez.

Von der Leyen saluda a Feijóo, entre Tusk y Weber y, al fondo, González Pons, el pasado martes en Bruselas.

Von der Leyen saluda a Feijóo, entre Tusk y Weber y, al fondo, González Pons, el pasado martes en Bruselas. Efe Efe

António Costa sería designado presidente del Consejo cuando haya encajado la primera pieza, la de Von der Leyen. El socialista portugués reúne el consenso de todos: en S&D no hay dudas de que es "el elegido", en el PPE lo aceptan como "hombre experimentado y de consenso"; y los liberales no tienen objeciones, concentrándose en el siguiente cargo a repartir...

La posición de Alto Representante sería, si todo sigue cuadrando, para la primera ministra estonia, Kaja Kallas.

Lo que ocurre

Equilibrio territorial, de género, de familias políticas... es decir, la UE de siempre. Salvo que el PPE quiere más. Los populares sorprendieron a Sánchez y Scholz la semana pasada, planteando que el mandato del presidente del Consejo se divida en dos turnos, como el de la presidencia de la Eurocámara.

El PPE no discute que Roberta Metsola, su candidata para seguir al frente del Parlamento, deje paso a otra persona para que presida el segundo turno de la legislatura de cinco años. Pero quiere lo mismo en el Consejo. De hecho, según los Tratados, ese mandato es de dos años y medio, renovable una sola vez.

El PP español es la segunda fuerza en diputados (tras los alemanes de la coalición CDU-CSU) dentro de su familia. Pero es la más votada en su país de todos los populares europeos, y quiere ejercer su posición de ventaja. Y no sólo presumir de un logro, sino rentabilizarlo:

El reciente resultado de las elecciones europeas ha dado un respiro a quienes auguraban una involución en la UE a partir de una victoria de los ultras.

Los populares ya expulsaron a Fidesz, el partido de Orbán, de su grupo en la pasada legislatura "por su deriva antidemocrática". Y fue el español Esteban González Pons -entonces mano derecha de Manfred Weber en la Eurocámara- el principal impulsor de la maniobra.

Al bávaro Weber, lo ofendió Sánchez mentándole al régimen nazi, el pasado mes de diciembre en el pleno del Parlamento Europeo. Y Pons es hoy vicepresidente del PPE, vicesecretario institucional de Feijóo y, de nuevo, eurodiputado. De modo que el PP español se ve más que legitimado a ejercer su poder

Además, recuerdan las fuentes consultadas en Bruselas, si la tradicional gran coalición sigue teniendo mayoría absoluta en el Parlamento Europeo es porque el Partido Popular Europeo ha mejorado sus resultados, porque socialistas y liberales han retrocedido.

Y si el PPE ha contenido a las derechas extremas en la UE, pasando de 176 a 189 escaños, se debe esencialmente, dicen en Génova, a los nueve que han subido los de Feijóo, de 13 a 22 eurodiputados.

"Nuestro peso es mayor en la familia popular, que es la mayoritaria", explica la candidata Dolors Montserrat, ya confirmada como vicepresidenta del PPE en la Eurocámara. "Por eso, nuestra voz es imprescindible"... que es como decir que la influencia del PP español en cómo acabe el reparto aconseja a Sánchez "menos chulería" y no sólo acelerar la negociación, sino "más espíritu democrático".