Mossos investigó a Rull con la hipótesis de que hubiera colado a Puigdemont "días antes" en el Parlament
El informe enviado al juez Llarena señala al presidente del Parlament por impedir su trabajo en el edificio y como centro de "operaciones de distracción".
22 agosto, 2024 20:49Una semana antes de que Carles Puigdemont hiciese su fugaz incursión en Barcelona y desapareciera (visto y no visto) ante un dispositivo de 600 agentes dispuestos a detenerlo, los Mossos d'Esquadra ya habían definido un "escenario" que implicaba como cómplice a Josep Rull. El presidente del Parlament, compañero de partido, condenado e indultado por el procés, es uno de los más leales al líder de Junts dentro del partido.
Según el informe remitido por la policía autonómica catalana al Tribunal Supremo, ésa era una de las dos hipótesis que investigaron en los días previos: que el expresident, huido desde 2017, hubiera accedido al Parlament "días antes a la celebración de la investidura", con la colaboración de su máxima autoridad.
De hecho, este diario ya se hizo eco de esta sospecha de los Mossos 24 horas antes del día en el que Puigdemont había anunciado su reaparición. El mismo Rull había alimentado los indicios de su implicación en la operación un mes antes. El 8 de julio advirtió en una entrevista radiofónica que la policía autonómica que "no entraría al Parlament" para detener a Puigdemont.
El comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, firma el informe remitido al juez Pablo Llarena, instructor del caso del procés en el Tribunal Supremo. El magistrado había requerido explicaciones al Ministerio y a la Conselleria de Interior al día siguiente de que los Mossos fracasaran en la aplicación de la orden de detención vigente contra el expresident.
"Se consideró que se podría estar organizando una operación, con la ayuda y complicidad de personal del Parlament de Catalunya y con la autorización del propio President del Parlament, que tuviera como objetivo permitir el acceso al interior del edificio sin que fuera detectado por el servicio de seguridad que la PGME [Policía General-Mossos d'Esquadra] tiene establecido".
Cuando la policía autonómica catalana quiso hacer su trabajo para "descartar que el señor Puigdemont hubiera accedido previamente" al Parlament, registrando el edificio, Rull no colaboró.
"Estas requisas [...] no se pudieron llevar a cabo en la tarde del 7 de agosto ya que los responsables del Parlament no facilitaron que se pudieran realizar". Según relata el documento remitido al juez, primero pidieron "una comunicación por escrito" del comisario jefe de los Mossos. Después, exigieron que la comunicación se le hiciese llegar al mismo Rull.
Y pasadas las horas, ya se negaron "porque no había el personal laboral adecuado".
En este punto (folio 7 del informe), el alto mando de los Mossos ya dirige expresamente la mirada del juez sobre Rull, como mínimo, por participar en la "operación de confusión y distracción": "Estos hechos reforzaron las sospechas sobre un posible acceso del señor Puigdemont al Parlament de forma previa al debate de investidura".
Los otros implicados
Los mandos que se encargaron del dispositivo del pasado 8 de agosto tenían tres misiones, según el documento: garantizar la celebración del pleno "con total normalidad y sin ninguna interferencia en su desarrollo", por un lado. "Mantener el orden público y la seguridad ciudadana", por otro. Y finalmente, "detener al señor Puigdemont si aparecía".
Los Mossos admiten su fracaso en este tercer punto: "El objetivo [...] no se alcanzó, dado que no se dispuso de la oportunidad policial para proceder a su detención". Pero las sospechas sobre Rull en la operación de entrada (y evasión) del prófugo atraviesan las 24 páginas del informe, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
Según el texto, que ha sido remitido a Llerena con fecha de 19 de agosto, Mossos estableció dos hipótesis de trabajo distintas: la ya reseñada de que Puigdemont se hubiese colado en el edificio "días antes" y la de que el expresident pretendiera alcanzar el Parlament "encapsulado" entre sus seguidores.
En esta última también aparecía Rull como colaborador necesario, porque el documento reseña cómo tanto el presidente del Parlament como otros líderes de Junts habían confirmado, días antes, la primicia de este diario: que impulsaría la suspensión del pleno si los Mossos detenían a Puigdemont.
Pero al final ninguno de los dos escenarios ocurrió, sino que el prófugo independentista apareció caminando, cómoda y tranquilamente sin que nadie lo interceptara por el Passtage de Sant Benet y la calle Trafalgar hasta ser recibido "y envuelto a modo de cápsula de seguridad" por "una multitud de personas" en el paseo de Lluís Companys.
"Entre esas personas destacamos la presencia del President del Parlament de Catalunya [Josep Rull]", destaca el documento, "de los expresidentes de la Generalitat Artur Mas y Joaquim Torra, de la expresidenta del Parlament Laura Borràs, y de varios diputados y cargos electos del partido político Junts".
Otro indicio claro de las sospechas de que Rull pudo participar como colaborador en el encubrimiento -delito por el que se detuvo a tres mossos en las horas siguientes- de Puigdemont es que los Mossos lo sitúan en el centro de "varias acciones organizadas" cuyo objetivo fue "distraer la atención policial". Acciones que describe el informe que consistieron "en simular un desplazamiento del señor Puigdemont entre la comitiva de políticos".
La sucesión de hechos
Entre las 9.04, hora en la que el informe indica que el expresident huido de la Justicia terminó su discurso, y las 9.20, momento en el que "se informa de que el señor Puigdemont no se encuentra en la cabecera de la manifestación", pasan 16 minutos y muchas cosas.
Una, que al único mosso que lo había visto montarse en el coche de la huida, le falla la radio. Dos, que el dron que vigilaba al sospechoso deja de enfocarlo 51 segundos y al volver su cámara adonde estaba, a las 9.10, él ya no está. Y que a las 9.13 la cabecera de la manifestación ya está en la entrada 1 del Parque de la Ciudadela... y que ahí sí está Rull, pero no está Puigdemont.
Se supone que va en un coche blanco o gris, de marca Peugeot u Honda, y que se está acercando a la entrada 6, la habilitada para autoridades en las inmediaciones del Parlament.
Entretanto, el agente de los Mossos al que no le funciona el walkie-talkie para informar a su mando, le relata por teléfono una persecución a la carrera por otras calles de Barcelona: Vilanova, Nápoles, Buenaventura Muñoz, Cerdeña, Doctor Trueta y "la confluencia de Ramón Trías Farga con Passeig de la Circunvalación".
Pero los Mossos insisten en colocar al president del Parlament en el foco de los indicios de colaboración con la fuga.
Según el relato de los hechos de la policía autonómica, después de que las 4.500 personas convocadas al acto en Arco del Triunfo llegaran las inmediaciones del Parlament, "un gran número de ciudadanos presionan a los efectivos policiales de orden público". Tanto que los mossos se ven obligados al "uso de gas OC para contener a los manifestantes".
Y en ese momento, "el President del Parlament, el señor Jami Matamala y el abogado del señor Puigdemont", es decir, Gonzalo Boye, se unen en otra maniobra que parece de distracción.
"En lugar de acceder al interior del Parlament", dice el documento, "se desplazaron hacia uno de los laterales en el mismo momento en el que un grupo de personas también se situaba en ese punto y simulaba con escobas que iban a barrer".
Para el informe del juez es clave saber también que, en ese momento, "a través del circuito de cámaras" del edificio, se detecta "una puerta abierta [del Parlament] en la zona próxima al zoo". Y toda esta operación de "confusión", con Rull en el centro, causó que se diera la orden de "reforzar de forma inmediata la presencia policial en todos los puntos alrededor del Parlament".