Sánchez nombra a Óscar López y Diego Rubio como avanzadilla de una crisis de Gobierno en octubre

De hecho, es el primer paso en los cambios que según esas fuentes prepara en los tres escalones de poder: su equipo más cercano de Moncloa, el Consejo de Ministros y el PSOE. Se trata de "mudar de piel" para lograr una imagen de proyecto renovado e impulso al año de arranque de la legislatura.

En su equipo más cercano, Pedro Sánchez ha vuelto a dar un giro en el perfil del cargo de mayor confianza de un presidente del Gobierno: su jefe de Gabinete. Primero fue Iván Redondo, consultor no militante; luego Óscar López, político tradicional de aparato y ahora Diego Rubio, académico sin militancia. Tres años aproximados le duraron Redondo y López.

Fuentes socialistas ven probable que haya cambios más profundos en ese Gabinete en el que, por cierto, hay una notable ausencia de paridad desde el arranque del Gobierno de Sánchez en 2018.

Queda en el aire la situación de Antonio Hernando, número dos de López en la Moncloa, y también político de aparato que, a su vez, queda algo descolgado. Su nombre ya sonó hace un año como posible ministro y volverá a las quinielas.

El siguiente escalón es el de la remodelación de su Gobierno, un año después de arrancar. Fuentes socialistas prevén que se produzca a finales de octubre, coincidiendo con la salida de la vicepresidenta Teresa Ribera para ser comisaria europea, previsiblemente con grado de vicepresidenta de la Comisión.

Para entonces es posible un cambio más profundo para tomar impulso político. En diciembre ya salió Nadia Calviño y ahora Escrivá y algunas fuentes entienden que Sánchez no está satisfecho del todo con su equipo en el Consejo de Ministros.

Revulsivo político

Ligado a esos cambios como revulsivo político estaría el Congreso Federal del PSOE los días 29 y 30 de noviembre y 1 de octubre. Y, posteriormente, los congresos provinciales y regionales en los que se da por seguro que Sánchez intentará renovar federaciones como Andalucía, Madrid, Castilla y León y Aragón, entre otras, para tener el partido en perfecto estado de revista en los primeros meses de 2025 para cualquier eventualidad electoral.

Para ese congreso, y con la salvedad siempre del hermetismo y la imprevisibilidad de Sánchez, se dan por hecho cambios notables en la dirección del partido.

Las fuentes se basan en la impresión trasladada por el propio líder socialista de una cierta incomodidad por su funcionamiento. Sánchez entiende, según esas versiones, que no es operativo y no está funcionando correctamente.

No parece lógica la sustitución del responsable de Organización, Santos Cerdán, entre otras cosas porque si hay que intervenir en batallas cruentas en territorios nadie como él conoce el funcionamiento del partido en cada una de las sedes socialistas.

Hay dudas sobre la situación de María Jesús Montero que acumula ahora la vicepresidencia primera del Gobierno y la vicesecretaría del PSOE, una situación insólita hasta ahora.

No obstante, hay una variable nueva desde este miércoles: la promoción a ministro de Óscar López, miembro del aparato socialista desde los tiempos de Alfredo Pérez Rubalcaba, cuando fue, precisamente, responsable de Organización.

Respecto a la salida de Teresa Ribera hacia la Comisión, la fecha clave es la del 11 de septiembre, que será cuando Ursula von der Leyen haga pública la lista de comisarios. Fuentes del Gobierno dan por hecho que tendrá rango de vicepresidenta y aspiran a que atesore competencias sobre energía y no sólo medioambiente.

En ese momento se fijarán las fechas para las audiencias o comparecencias con unas tres horas de examen y preguntas, que podrían ser las dos primeras semanas de octubre. Y luego ya tomará posesión de su cargo en Bruselas, siempre antes de las fechas del congreso del PSOE, a finales de noviembre.