El último pueblo que los templarios compraron en España: está en Castellón y su historia es única
Culla es uno de los pueblos más bonitos de la Comunidad Valenciana y los templarios pagaron 500.000 sueldos valencianos para su compra.
15 agosto, 2024 11:01Los templarios, una orden militar y religiosa fundada en el siglo XII, tuvieron una influencia significativa en España durante la Edad Media. Su presencia en la Península Ibérica fue de tal importancia que las construcciones templarias, como castillos y templos, todavía se pueden encontrar en varias regiones del país.
Igualmente, los templarios se hicieron con gran cantidad de municipios y pueblos de la Península Ibérica. De hecho, antes de su desaparición compraron por 500.000 sueldos valencianos una localidad del interior de Castellón: Culla.
La compra de esta localidad se produjo en el año 1303. Se considera que la adquisición de este lugar fue la última, así como la más cara, por parte de la Orden del Temple antes de su polémica desaparición en el año 1314.
Culla se trata de un municipio de la Comunidad Valenciana, que está situado en la provincia de Castellón y que pertenece a la comarca del Alto Maestrazgo. Según los últimos registros del Instituto Nacional de Estadística en 2023, este pueblo cuenta con una población de 480 habitantes.
Y en lo que respecta a la historia de esta localidad, cabe destacar que tiene orígenes prehistóricos. De hecho, en la zona se encontraron restos arqueológicos que datan de esta época, concretamente, los hallados alrededor de la Fuente de la Carrasca y en la Roca del Corb, así como las pinturas rupestres del Barranco de Santa María y Covarxa.
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Con respecto a la época de dominación romana de la Península Ibérica, no existe una documentación concreta sobre la presencia de estos en Culla. Sin embargo, sí que existen datos sobre la presencia de los musulmanes de al-Ándalus hasta principios del siglo XIII.
Fue en 1233 cuando Culla pasó a manos cristianas a raíz de su reconquista por Blasco de Alagón. Posteriormente, durante un tiempo se disputaron la posesión de esta localidad Guillem IV d'Anglesola y Blasco II de Alagón, su primo.
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En 1264, Jaime I resolvió el conflicto de los dos anteriormente mencionados a favor de Anglesola. Tiempo después, se vendió Culla y todos sus dominios a la Orden del Temple por 500.000 sueldos valencianos (moneda generalmente de plata que equivalía a la vigésima parte de la libra).
En consecuencia, Culla tiene una rica historia que se refleja en su patrimonio. El casco antiguo del pueblo conserva una serie de edificios históricos y callejones estrechos que trasladan a su pasado medieval.
En cuanto a los lugares de interés de Culla destaca la prisión, que llama la atención por haber sido un antiguo granero del Comendador de la Orden de Montesa durante los siglos XIII y XIV. Posteriormente, se convirtió en una prisión durante las Guerras Carlistas en el siglo XIX.
También el antiguo castillo, que está situado en el punto más alto de la localidad. Sin embargo, se encuentra prácticamente en ruinas, en tanto que durante las guerras carlistas fue destruido. De este solo quedan vestigios de la Torre de Frare Pere.
También destaca la Iglesia Parroquial El Salvador, que está ubicada en el núcleo histórico de la localidad, en la calle Abadía, y que fue construida a principios del siglo XVIII sobre los restos de un templo medieval.
Otro de los grandes reclamos sería el Antiguo Hospital, un edificio sanitario, destinado a hospital y que fue un edificio construido en el siglo XVI. Concretamente, fue utilizado como albergue para personas pobres, así como hospital.
En definitiva, Culla es conocida por su arquitectura tradicional en buen estado de conservación. Las casas y edificios del pueblo suelen estar construidos con piedra y presentan características típicas de la arquitectura de montaña.