Existe un viejo axioma que han escuchado repetidamente aquellos que han estudiado macroeconomía que afirma que los crecimientos superiores al 3% en PIB generan empleo por definición. Pues bien, sea por lo heterodoxo del comportamiento de la economía global durante los últimos 12 años, o por circunstancias endógenas a la economía española, lo cierto es que este adagio sí se ha cumplido en algunos momentos, aunque no en otros.
Aquellos que tenemos la oportunidad de vivir cada día en el mundo de la estrategia alrededor de lo digital, la innovación y la tecnología de las grandes corporaciones, hemos usado otro mantra similar, que a base de repetirlo está a punto de convertirse en axioma. Éste nos dice que el uso intensivo de la tecnología genera crecimientos vía innovación, generando mayor valor añadido y un círculo virtuoso de crecimiento económico que eventualmente nos puede colocar en el camino de una transformación del modelo productivo.
Lo cierto es que durante los años de mayor desaceleración económica en España, la economía se ajustó generando mayores productividades vía ajustes en costes. Ésta ya se agotó y hace unos años vivimos en el reto de seguir creciendo aumentando la productividad a través de la innovación.
Pues bien, nuestra investigación y experiencia en este campo nos ayudan a confirmar, negar o matizar nuestro adagio tecnológico. Ya el año pasado preveíamos que la inversión de las 100 primeras compañías en España en cloud computing hasta 2022 iba a ser de 2.500 millones de euros. Un año después nos cabía la pregunta de si este camino se había ya comenzado con solidez.
Hoy se puede decir que dicho camino se ha iniciado con firmeza, aunque quizás con algo menos de velocidad de lo esperado o lo planificado por las propias empresas. Factores como las tensiones comerciales globales o la incertidumbre política interna son claramente un freno en este sentido, pero en cualquier caso, no parece que haya duda de que se alcanzará este nivel de inversión. Primer buen indicador.
Sin embargo, hay una mejor noticia aún que la confirmación del nivel de inversión, y es que la gran empresa española dice realizar inversiones en cloud computing para mejorar en puntos como el time to market, la flexibilidad de su negocio, o para transformar la organización. Atrás por tanto han quedado las razones puramente tecnológicas para la adopción del cloud computing, y son motivos puramente competitivos los que imperan a la hora de tomar este tipo de decisiones. Segundo buen indicador.
¿Podría decirse que existe una correlación entre la adopción de la nube de una española con su capacidad de competir en un mercado? La respuesta es claramente sí. Y podemos ver ejemplos muy claros en sectores oligopolísticos como la banca o la energía. Junto con la entrada de nuevos jugadores, los llamados “nativos digitales”, entre los dominantes también se puede distinguir con claridad la ventaja competitiva que son capaces de generar a través del mejor uso de la tecnología.
¿Podría decirse que existe una correlación entre la adopción de la nube en la economía española con su capacidad de generar crecimientos vía innovación? ¿Estaría jugándose la economía española la partida de los crecimientos futuros de productividad en las decisiones tecnológicas que se están tomando hoy? La respuesta es claramente sí. ¿Quiere España tener una ‘economía-Kodak’ o ‘economía-Tesla’? Pregunta retórica, claro está.
Sin embargo, existen razones de mayor peso para ser conscientes de la importancia de las decisiones que se están tomando en este momento alrededor de la tecnología. Otra de las ideas clave que hemos extraído en nuestra experiencia de asesoramiento cloud es que los prometidos beneficios asociados a la adopción de la inteligencia artificial, la robótica o el big data llegan de forma sustancial sólo si has adoptado la nube con cierta madurez. En este aspecto sí queda un mayor camino por recorrer en España que en países comparables de nuestro entorno. Todo lo relacionado con este tipo de tecnologías está aún más en el terreno del mantra que del axioma. Cuestión de tiempo.
¿Y quién sale ganando de toda esta gran ecuación? Sin duda, los grandes jugadores de la llamada “nube pública”, es decir compañías como Google, Amazon, Microsoft e IBM. La gran mayoría de las grandes empresas españolas han sentado o sentarán sus datos en una o varias de estas grandes nubes en los próximos años. Es por ello que hemos pasado de las “Cloud Wars”, donde todas competían entre sí, a las “Cloud Politics”, donde además de competir, cooperan para complementarse. Interesante movimiento en vuelo en una industria que aún se está inventando.
Y para terminar, una última idea relacionada con las personas. Toda esta oportunidad de transformación está ocurriendo a la vez que un relevo generacional de posiciones ejecutivas clave en grandes empresas españolas. Tenemos en este momento, como mínimo, tan buenos directores de áreas digitales, de innovación, transformación, estrategia o tecnología que cualquier gran corporación europea. Y esto sí que es el mejor garante para que España sea una ‘economía-Tesla’ y no una ‘economía-Kodak’ . Todas las piezas están colocadas en el tablero, seguimos jugando la partida a la espera de próximo 2020.
Javier Morgado, managing partner de Quint