Hacía meses que el sector se hacía preguntas sobre si continuaría o no ocupando el sillón de la presidencia, pero finalmente Borja Prado dejará Endesa tras la junta de accionistas que se celebrará el 12 abril. Así lo confirmaba la compañía este martes, argumentando criterios de "buen gobierno corporativo".
Es decir, tras 10 años como presidente y dos más como consejero delegado, el máximo accionista de Endesa, la italiana Enel (70,1%), considera que Prado ha cumplido, valorando "muy positivamente" la "excelente" trayectoria llevada a cabo por el presidente. Para argumentar esta salida, la italiana pretende proponer una adaptación de la normativa interna a la limitación del periodo máximo en que una persona puede ejercer el cargo del presidente de la eléctrica española. Por lo tanto, Enel llevará la propuesta de no reelección de Prado al consejo de administración que celebrará la compañía el próximo 11 de marzo, así como la propuesta de los candidatos a consejero.
El día de la junta se nombrará entonces a un nuevo presidente, que todo apunta a que seguirá siendo español, inquietud de Enel por seguir manteniendo el lazo fuerte de Endesa -otrora compañía pública- con España, al mismo tiempo que funciona como representante de los intereses italianos en nuestro país. En las quinielas suena con fuerza Juan Rosell, expresidente de la CEOE, pero, al margen de quién termine presidiendo la eléctrica, donde reside la clave es que esta presidencia será a partir de ahora no ejecutiva. Es decir, que será el consejero delegado quien se atribuya todas las funciones de gestión. En la práctica, esto implica que -a partir de abril- será José Bogas quien tome todas las riendas de Endesa.
Lo hace en un momento en el que todo el sector se afana en encaminarse hacia la transición energética. Una evolución que, para Bogas, es "felizmente irreversible", según apuntaba hace unos días en un encuentro en el IESE.
El perfil técnico como punta de lanza
Ingeniero industrial de formación, José Bogas (Madrid, 1955) ha estado vinculado con el sector energético durante toda su trayectoria profesional, que ha desarrollado, sobre todo, en Endesa, compañía a la que lleva vinculado más de 35 años.
Reelegido como CEO de la eléctrica el año pasado, Bogas llevaba meses ganando poder en la compañía. Ejemplo de ello es la última reunión que mantuvieron los grandes espadas de las eléctricas con la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, hace unas semanas, encuentro al que acudió Bogas junto a Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola) y Francisco Reynés (Naturgy).
En aquella reunión, las compañías y el Gobierno acordaron que las centrales nucleares dejarían de operar de forma escalonada entre 2025 y 2036, una decisión absolutamente estratégica para la compañía que todavía preside Borja Prado, que defendía desde hace meses que el cierre nuclear no se hiciera a los 40 años, cuando las centrales cumplen su vida útil.
Y es que, a partir de abril y con todas las funciones ejecutivas atribuidas a su cargo, Bogas tendrá que ser quien tome las decisiones cómo Endesa se va a encaminar hacia la transición energética. Sobre la mesa está también el futuro del carbón, sobre el que Bogas considera que alargar su vida "va contra los tiempos": "Hoy no puede jugar en ese conjunto de objetivos que nos hemos marcado en un papel", expresaba.
Está dispuesto a atender al Ejecutivo, pero pide que las compañías sean escuchadas. "Vamos a dar un salto, tenemos que darlo... pero el plan que emita el ministerio tiene que tener capacidad de adaptación", explicaba Bogas, refiriéndose al plan que Ribera enviará a Bruselas y que este mismo miércoles presentará el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un acto al que están convocadas las grandes compañías del sector. "No puede estar escrito en piedra", reclamaba.
Bogas será, con el adiós de Prado, el máximo responsable de que la estrategia de Endesa no se quede atrás respecto a los planes del Gobierno, al tiempo que la eléctrica tendrá que demostrar su capacidad para llegar a los objetivos europeos.
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