Repsol mejoró beneficios en 2018, redujo deuda y se encuentra preparada para ser un proveedor "multienergía". La compañía que dirige Josu Jon Imaz ha presentado sus resultados anuales a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV); unos resultados con los que la petrolera se anota un beneficio neto de 2.341 millones de euros, un 10% más que el ejercicio anterior, obteniendo la mejor cifra de los últimos ocho años.
Tal y como ha informado la compañía, el beneficio neto ajustado, que mide específicamente la marcha de los negocios de Repsol, se incrementó también un 10%, hasta alcanzar los 2.352 millones de euros.
Por su parte, el Ebitda fue un 12% superior y se situó en 7.513 millones de euros. La deuda neta del grupo, además, se redujo en un 45% durante el período, hasta los 3.439 millones de euros, algo que Repsol achaca al buen comportamiento de los negocios, unido a la venta de la participación en Naturgy Energy Group.
Crecimiento en todos los negocios
Para la petrolera, los resultados de 2018 reflejan "la solidez" de los negocios, así como la "flexibilidad y capacidad de adaptación y anticipación" a cualquier escenario de Repsol, que durante el ejercicio, explican desde la compañía, ha aumentado la generación de valor e impulsado su posición como proveedor multienergía.
Cabe recordar aquí que la petrolera materializó en noviembre la compra de activos no regulados de generación de electricidad de bajas emisiones de Viesgo y su comercializadora, por lo que se ha convertido en un actor relevante en el mercado español de generación, con una capacidad total instalada de 2.952 MW y planes en marcha que suman 289 MW adicionales.
Atendiendo a sus resultados por negocios, en el de Upstream (Exploración y Producción) duplicó su resultado de 2017, con 1.325 millones de euros, aupado por "las medidas de eficiencia implantadas, los mayores volúmenes y la mejora relativa de los precios internacionales", explica la petrolera.
Por su parte, el resultado de Downstream (Refino, Química, Marketing, Lubricantes, GLP, Trading y Gas, y Repsol Electricidad y Gas) alcanzó los 1.583 millones de euros, con un mejor comportamiento de las áreas de Marketing, GLP, y Trading y Gas. El margen de refino estuvo en línea con el del ejercicio anterior e, insiste la compañía, figura entre los mejores del sector en Europa.
Asimismo, la producción de hidrocarburos (gas y petróleo) se incrementó un 3%, hasta los 715.000 barriles equivalentes de petróleo al día, apoyada por los nuevos volúmenes obtenidos tras la puesta en marcha de proyectos en Argelia, Trinidad y Tobago, Reino Unido, Malasia y Perú, por la conexión de nuevos pozos en Marcellus (EEUU) y por la adquisición de Visund, en Noruega.
En 2018, las inversiones alcanzaron los 3.874 millones de euros, un 32% más. En concreto, fueron 1.973 millones en Upstream, 1.831 millones en Downstream y 70 millones en Corporación y Otros.
Plan para 2020... con la transición en la cabeza
Tras haber cumplido con dos años de antelación con los objetivos del Plan 2016-2020, Repsol actualizó en junio su estrategia, después de haber complido con dos años de antelación sus objetivos para 2020, y se basó en tres pilares: remuneración creciente al accionista, crecimiento rentable del Upstream y del Downstream, y desarrollo de nuevos negocios vinculados a la transición energética.
Así, además de la adquisición de Viesgo, en el tercer trimestre del año la compañía adquirió el proyecto fotovoltaico Valdesolar, que contempla unas instalaciones con capacidad de generación de 264 MW en el municipio de Valdecaballeros (Badajoz) y que se encuentra en fase de tramitación administrativa. Con estas incorporaciones, Repsol alcanzará más del 70% de su objetivo estratégico de capacidad de generación baja en emisiones, fijado para 2025 en 4.500 MW.
Del mismo modo, en octubre se acordó la financiación para la construcción de uno de los mayores parques eólicos flotantes del mundo, que se instalará en la costa de Portugal y dispondrá de una capacidad instalada de 25 MW.
Durante 2018, Repsol incrementó la retribución a sus accionistas un 15%, hasta situarla en 0,9 euros por acción. Además, ejecutó una reducción de capital social mediante la amortización de acciones propias, por un volumen equivalente a las acciones emitidas durante el ejercicio 2018 con motivo de los scrip dividends, lo que supone un aumento adicional del beneficio por acción. La petrolera prevé incrementar el dividendo hasta situarlo en 1 euro por acción en 2020, y una recompra total de las acciones emitidas en el programa Repsol Dividendo Flexible. "Todo ello sitúa la remuneración al accionista entre las más altas del sector", insisten desde la compañía.
Por otra parte, la petrolera continuó avanzando en su programa de digitalización, implantado en toda la organización y que, según sus previsiones, aportará 1.000 millones de euros en 2022, tanto por nuevos ingresos como por optimización de inversiones y gastos.
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