Invertir en un Basquiat, mejor que en Nvidia: el arte multiplica por seis la rentabilidad del S&P 500
- "Invertir en arte sólo de forma financiera es muy arriesgado", advierte María Sancho-Arroyo, experta en el mercado del arte.
- Más información: ArtsGain lanza un fondo de 20 millones que invertirá en Picasso, Botero o Giacometti.
Año 2005. Dos marchantes de arte compran una propiedad en Nueva Orleans (Estados Unidos) por 10.000 dólares en la que había un cuadro que no se encontraba, precisamente, en buenas condiciones. Año 2017. Christie's sorprendía al mundo sacando a subasta el conocido como "el último cuadro de Leonardo". Sí, ese cuadro era el Salvador Mundi. Un príncipe saudí pagó 450 millones de dólares para poder colgarlo, dicen, en uno de sus yates.
Evidentemente, y tal y como advierte, María Sancho-Arroyo, experta en el mercado del arte y profesora adjunta en el Sotheby’s Institute of Art de Nueva York, no todas las inversiones en arte ofrecen rentabilidades tan desorbitadas: de 10.000 dólares a 450 millones en 12 años.
"Invertir en arte sólo de forma financiera es muy difícil y arriesgado y no hay ninguna garantía", advierte Sancho-Arroyo en una conversación con EL ESPAÑOL-Invertia con motivo de la presentación de su libro Inversión o pasión. Una guía para navegar por el mercado del arte.
"Poner el valor de una pieza depende de muchos factores y no sólo de la oferta y de la demanda. Como cada obra es única, la oferta también lo es", subraya.
Así, "son muchos los factores que influyen en el valor de una obra de arte, incluso obras de un mismo artista pueden tener valores muy diferentes en función de ciertos parámetros". En su libro, Sancho-Arroyo enumera algunos de ellos, como la autenticidad, el estado de conservación, la rareza o la procedencia.
Y añade, preguntada por el EL ESPAÑOL-Invertia, que "obras con un precio inferior al medio millón de dólares es muy difícil que se revaloricen de manera importante. No se puede asegurar que el precio de ninguna obra de arte se incremente, pero en las que tienen un precio superior hay más posibilidades de que, al menos, mantengan su valor".
Por eso, las obras de los artistas más conocidos tienen más posibilidades de revalorizarse. Como los grandes valores bursátiles –Iberdrola, Inditex o Santander en el mercado español- a los grandes pintores se les conocen como blue chips.
Los 'blue chips' del arte
Según los datos ofrecidos por ArtsGain Investments, gestora que lanzó a comienzos de 2021 el primer fondo español que invierte en arte, entre esos blue chips destaca la rentabilidad anual ofrecida por Jean-Michel Basquiat, del 194,7%.
Aunque por la mínima, es superior a la de Nvidia, uno de los valores más en boga de Wall Street, y cuya subida en el año es del 193,8%. Cabe subrayar que, en un contexto de auge de la inteligencia artificial, el fabricante de chips se encuentra en máximos históricos.
La comparación no es del todo justa. "Se parecen en que ambos son una inversión. Pero, la diferencia es que en la bolsa se está comprando y vendiendo miles de acciones cada día", incide la experta. Por el contrario, el mundo del arte es mucho más restringido, más opaco e ilíquido.
Aunque la inversión en arte y en acciones difiere, para intentar medir la evolución del mercado existen varios índices desarrollados por plataformas como Artnet o Artprice. Ocurre lo mismo con las bolsas y los selectivos que agrupan, por ejemplo, a las cotizadas de mayor tamaño.
Según los últimos datos disponibles, el índice Artprice100 –que recoge el comportamiento de las obras de los 100 artistas blue chips más vendidos en el mundo- subió un 1,55% en 2023.
El rendimiento de la cartera el pasado ejercicio fue inferior a la media anual del 10% registrada desde el año 2000, "pero demuestra que las obras de artistas de primera línea siguen creciendo en valor incluso en períodos de ajuste del mercado del arte", apuntan desde la plataforma.
Pablo Picasso (que representa un 8,3% del índice), Andy Warhol (5,1%), Claude Monet (5%) y Jean-Michel Basquiat (3,9%) son los artistas con más presencia en el Artprice100.
Otro de esos índices que miden la evolución del mercado del arte es AMR All Art Top Traded. Desde enero de 1978 hasta septiembre de este año, el índice se ha revalorizado un 7.558%. En el mismo periodo de tiempo, el S&P 500 ha subido un 5.793%.
Pero para Sancho-Arroyo no hay índices que midan correctamente la evolución de los precios del arte. "En el mercado, los grandes canales de ventas son las galerías y las subastas, pero también hay muchos marchantes que se cambia una obra por otro. Y esa es una parte muy opaca", considera.
Sí que menciona un índice: el Mei Moses Art. Elaborado por la casa de subastas Sotheby’s, se basa en el análisis de ventas repetidas de la misma obra de arte para determinar el rendimiento de los activos artísticos a lo largo del tiempo. Según la web de la casa de subastas, el indicador ha registrado un incremento anual del 8,5% desde 1950 hasta 2021.
Fondos que invierten en arte
Como sucede con otras temáticas, también hay fondos de inversión con exposición a obras de arte. Aunque son más democráticos –no hace falta contar con un patrimonio tal alto como en el caso de la compra directa de una obra- estos vehículos suelen aplicar "una tarifa de gestión que va del 1% al 3% sobre el total de los activos, así como una tarifa sobre los rendimientos, que puede ascender hasta un 20% de las ganancias obtenidas".
"Además, establecen una inversión mínima requerida. Pero cada fondo es diferente, por lo que es esencial entender bien sus condiciones específicas antes de realizar cualquier inversión", señala Sancho-Arroyo.
Algunas de las firmas más reconocidas que ofrecen estos productos son Masterworks y Art&Finance. En España, ArtsGain afirma que la rentabilidad de los artistas de su fondo es más de seis veces la de los índices Dow Jones y S&P500.
Otra forma de incorporar obras de arte a las carteras es a través de la inversión fraccionada. "Consiste en que un inversor compra sólo un porcentaje o una acción de un activo, en lugar de pagar el precio total […]. La principal diferencia con los fondos de inversión es que éstos ofrecen una participación a través de una cartera de activos (un conjunto de obras de arte), mientras que la fraccionalización se centra en la posesión de una parte de un único activo (sólo una obra)".
Con todo, Sancho-Arroyo, subraya que "aunque presenta oportunidades únicas de apreciación de valor a lo largo del tiempo, la inversión en arte no está exenta de desafíos. Es crucial asumir que no todas las obras de arte se revalorizarán con el tiempo".
Así pues, "la inversión en este sector puede ser beneficiosa, pero también arriesgada". Por eso recomienda utilizarla sólo como forma de diversificación y cuando ya se ha invertido en muchos otros activos.